by Ricardo Jorge Pareja |
El carcinoma detectado en la región pelviana de esa suerte de humanoide conocido bajo el apelativo de Hugo Chávez se focaliza en la vejiga y parte interna de los órganos genitales, más comúnmente conocidos como “huevos”.
La vejiga y los genitales, ¿son causa o consecuencia de su enfermedad?, es la pregunta que alguien medianamente instruido se debería plantear.
Chávez, no hace mucho tiempo, se despachó con un discurso que duró nueve (9) horas. ¡Así como lo lee! ¡Imagínese la puesta en escena protagonizada por La Señora, multiplicada casi por tres!, boludeces más, boludeces menos.
Y entonces, yo le pregunto: ¿hay vejiga que resista semejante pasaje de tiempo, sin que el emisor se digne evacuar la orina que recibe de los riñones? Deje; la respuesta se la doy yo. ¡No hay vejiga que lo resista!, y a las pruebas me remito. La otra pregunta que cae por propio peso, ¿hay huevos que resistan semejante presión, cuando el emisor se encuentra en posición de “sentado? ¡No hay huevos capaces de resistir!, y a las pruebas me remito.
Y Ud., con justa razón, me podrá preguntar: ¿qué ocurre con lo la vejiga y los huevos de los receptores? Es sencillo. Se toman un tiempito para mear, procurando que su insolente ausencia pase desapercibida. Por otra parte, a través de alguno de los bolsillos delanteros del pantalón, acarician sus huevos con alguna de las dos manos, o ambas, prodigándoles además, una suerte de “abanico” refrigerante.
Ergo: la vejiga y los genitales son consecuencia de su enfermedad “oral”, a la que bien se le podría agregar el componente de la “hijaputez” en su máxima expresión. Por otra parte, advierta que la palabra “oratoria” posee la misma raíz que la palabra “orate”, de la que son sinónimos, “desequilibrado”, “demente”, “chiflado”, “neurasténico”, “trastornado”.
Cualquier semejanza con la realidad argentina, o alguno de sus más encumbrados representantes, es obra de la fatalidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario