lunes, 16 de enero de 2012

Los piratas enriquecen Somalia

La delincuencia marina favorece el desarrollo de uno de los países más pobres, donde baja la inflación, se aprecia la moneda local y suben los salarios

 
“No es que tres personas nos estemos repartiendo millones de dólares”, respondió el jefe pirata Abshir Boyah cuando le preguntaron qué hacía con todo el dinero que ganaba con los secuestros. La cita está incluida en un polémico informe del prestigioso think tank británico Chatham House que analiza el impacto económico que la piratería tiene sobre Somalia y que concluye que está aportando estabilidad y desarrollo al país. Ha reducido la inflación, ha dado empleo y subido los salarios de los somalíes y ha fortalecido su moneda. “Una estrategia militar para erradicar la piratería podría minar seriamente el desarrollo local”, asegura la autora del análisis, Anja Shortland, profesora en las Universidades de Brunel, Oxford, y London School of Economics.
El informe se basa en entrevistas sobre el terreno, en datos del mercado local y en imágenes por satélite en las que se ve, por ejemplo, que las localidades con mayor presencia pirata tienen luz.Ingresan entre 690.000 y tres millones de dólares por rescate, con un récord de 9 millones en 2010. En total, ese año, se llevaron unos 70 millones de dólares. Parte del dinero se queda en el país.
La media de los rescates es de unos 200 millones de euros al año
Los piratas dan puestos de trabajo y pagan bien. Los sueldos de los somalíes son más altos en las regiones donde se ha instalado la industria pirata. En cada secuestro intervienen una media de 100 personas. Los directamente involucrados en el asalto en el mar son unos 50. El resto trabaja en tierra. Son cuidadores (cuando, para evitar que otros clanes o fuerzas navales les arrebaten los rehenes, los ocultan en poblaciones locales), agricultores, cocineros y comerciantes que facilitan todo lo necesario para la alimentación de piratas y secuestrados.
Naciones Unidas estima que un 40% de los ingresos de la piratería sirvieron en 2010 para financiar empleo local. De ese 40%, un 30 se lo quedaban los piratas directamente involucrados en el secuestro. El 10% restante se iba en regalos y sobornos para la población local. El otro 50%, para patrocinadores y financiadores extranjeros.
Es cierto, recuerda el informe, que los piratas no se privan de los caprichos propios del delincuente a gran escala e invierten parte de sus ganancias en “importar coches deportivos y drogas”. Pero en Somalia hay una profunda cultura de compartir. De hecho hay un proverbio somalí que dice: “El hombre que tiene 150 cabras mientras sus parientes no tienen ninguna, es pobre”. Los piratas parecen convencidos de la obligación moral o la conveniencia de invertir parte de sus ganancias entre sus paisanos.
Han contribuido, añade el informe, a reducir la inflación. “Los datos muestran que el precio del arroz ha bajado como consecuencia de la piratería”, porque contra todo pronóstico, están aportando “estabilidad” y garantizando el suministro. El crecimiento de su industria (y de sus necesidades) les ha obligado a facilitar canales a los proveedores. Por ejemplo, los piratas están comprando camiones para transportar mercancía.
Madrid 16 ENE 2012 - 01:23 CET

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