La Defensora del Pueblo ve fallos muy graves en los centros para inmigrantes
La inspección del CIE barcelonés en el que murió un joven revela importantes carencias sanitarias
La asistencia sanitaria del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Barcelona, donde falleció un interno guineano el pasado 6 de enero, tiene carencias muy graves; no hay forma de controlar —por la falta de un registro en este sentido— si los internos han pedido ir al médico y no se les ha llegado a atender; el consultorio funciona en un horario muy reducido e insuficiente (no hay personal por las noches ni los fines de semana a partir de las tres); cuando los inmigrantes acuden para pedir un parte médico que acredite lesiones que ellos alegan que les ha causado un funcionario, médicos y enfermeras no lo ponen en conocimiento del juez ni de la fiscalía ni del director del centro, y las cámaras de videovigilancia dejan muchos puntos oscuros que impiden fiscalizar la actuación de los funcionarios.
Estas son las conclusiones preliminares de la visita de los asesores de la Defensora del Pueblo en funciones, María Luisa Cava de Llano, al CIE de Barcelona los pasados 17 y 18 de enero, junto a un médico experto en medicina legal y forense, tras la muerte del ciudadano guineano Idrissa Dallio. El joven, de 21 años, falleció presuntamente a causa de un infarto de miocardio. Sus compañeros denunciaron que no se le había atendido correctamente dentro del CIE. La Defensora aún no ha elaborado las conclusiones definitivas, pero ha remitido un avance urgente al director general de la Policía, Ignacio Cosidó, con copia al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, para que se subsanen de inmediato las principales carencias.
Los compañeros de celda de Idrissa Dallio aseguraron que el joven había solicitado auxilio médico que en un primer momento no se le brindó, y que cuando fueron conscientes de la gravedad de lo que estaba pasando fue ya demasiado tarde. Ante los asesores del Defensor, tres testigos señalaron que ya antes de ese día había intentado en tres ocasiones que lo asistiera un médico.
Aparte de la muerte del joven de Guinea Conackry, el pasado 19 de diciembre falleció en el CIE de Aluche Samba Martine, una congoleña que llevaba más de un mes en el centro y que había acudido hasta el 10 ocasiones al servicio médico del centro —externalizado y contratado, como en el resto de los CIE, con la empresa privada Sermedes— para quejarse de distintas dolencias. Fue trasladada al hospital solo seis horas y media antes de morir.
"Hay dudas de que los dos internos recibieran asistencia médica suficiente y adecuada", señala Cava de Llano
Los dos fallecimientos, que están investigan los tribunales por si se hubiera producido una negligencia médica, han puesto de nuevo el foco en estos centros de privación de libertad para inmigrantes, previstos en la ley pero sobre los que no existe hasta el momento un reglamento que regule de forma detallada las condiciones de vida de los internos.
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