jueves, 9 de febrero de 2012

FUTURO LATINOAMERICANO


El futuro en Latinoamérica

 A pesar de los problemas de desigualdad, pobreza y corrupción, la mayoría de los países latinoamericanos están en una fase de desarrollo. La economía de países como Brasil, Argentina, Chile, Perú o México sigue creciendo. Y por primera vez en la historia, en bastantes de estos países gobiernan partidos progresistas, algunos de tendencia populista y otros, como en Uruguay y Brasil, con presidentes que pertenecieron a la izquierda radical.
Y es que los ciclos de auge en Europa no se han correspondido con los de Latinoamérica. Países como Colombia, México o Argentina se modernizaron cuando Europa estaba en la crisis de la II Guerra Mundial y la posguerra. Cuando, en los años ochenta, Estados Unidos, Europa y Japón acumularon capital, lo invirtieron para dominar e hipotecar con la deuda a toda Sudamérica. América Latina, exceptuando algún país centroamericano, vuelve a crecer cuando Europa está en crisis; Estados Unidos, llena de problemas, no puede seguir entrometiéndose en el resto de América, y China ha apuntalado inversiones importando materia prima y exportando manufactura.
Un país excepcional en tamaño y transformación como Brasil, rico en materias primas, ha potenciado, con su desarrollo, el surgimiento de una nueva clase media urbana. Aunque siga la división entre los ricos, que viven en sus fortalezas de urbanizaciones cerradas, y los pobres, en inmensas alfombras de favelas, se está haciendo un esfuerzo titánico para reducir estas diferencias, que son de las más escandalosas del planeta. Brasil, con sucesivos Gobiernos progresistas, ha inventado un propio modelo económico, capitalista neoliberal y, a la vez, con fuertes políticas sociales. El reto, en este Brasil consumista y desarrollista, está en mejorar la educación, para aguantar bien cuando la economía se estanque.
Ecuador, tras la estela de Brasil, tiene una de las legislaciones más avanzadas, en la que se tienen en cuenta, por primera vez, los derechos de la naturaleza. En Argentina, la corrupción y el clientelismo peronista siguen dominando, pero la novedad es que hay inversiones en las provincias como no había habido en décadas. En México, habituados a los asesinatos cotidianos en manos del narcotráfico, la vida continúa con un fuerte movimiento de dinero y con un sector inmobiliario potentísimo, y la ciudad de México ha mejorado de manera evidente la calidad de su espacio público, los equipamientos y la seguridad.

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