domingo, 19 de febrero de 2012

INTELIGENCIA Y MECANICA


Los Cadillac siguen rodando en Cuba

Los 50 años de embargo estadounidense a la isla han servido para bien poco

Hace ya 50 años que John F. Kennedy decretó el embargo sobre el comercio con Cuba. Y aunque el “bloqueo yanqui”, según la terminología oficial cubana, sigue en pie, para comprobar su fracaso basta darse una vuelta por La Habana. Si uno aguarda el tiempo suficiente en la esquina de Obispo y Monserrate, donde abre sus puertas el abrevadero de Floridita, verá pasar un completo muestrario de coches anteriores a 1959, viejos Oldsmobile, Plymouth, Mercury, Chevrolet, Ford, Dodge, Cadillac y también algunas Harley-Davidson que en cualquier país del mundo estarían en el garaje de un coleccionista o en un museo, pero que aquí funcionan normalmente y forman parte de la vida y el espíritu de la ciudad. Desde luego, después de décadas de remiendos e inventos circulan renqueantes, aunque no más que la propia revolución.
Desde 1960 no entran piezas de repuesto para ninguno de estos sufridos vehículos, pero da lo mismo. Eso no ha impedido que constituyan parte importante del parque móvil de Cuba, ya que durante casi medio siglo fueron los únicos coches con posibilidad de traspaso entre particulares; los Lada y Moskvitch de la era soviética eran asignados por méritos revolucionarios y sus dueños no podían revenderlos. Pero esa es otra historia, como la del ingenio cubano para sortear todo tipo de dificultades.

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