Un pez dibujado en una tumba sería el más antiguo rastro del cristianismo
Está en un suburbio de Jerusalén. También hay una sugestiva inscripción en griego.
29/02/12
La tumba está en Talpiot, un suburbio de Jerusalén pero quizás sería más significativo decir: la tumba –la tumba que ahora exploraron con una cámara– está a 45 metros de otra en la que estaban escritos los nombres de la familia de Jesús.
Esa es la ubicación: tres kilometros al sureste de Jerusalén, cerca de “la tumba de Jesús”. Ahí, cuando se preparaba el terreno para hacer un edificio, en 1981 fueron hallados nueve nichos del siglo I, en los que quedaban ocho osarios. Ahora, James D. Tabor, responsable del Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad de Charlotte, Carolina del Norte, descubrió que en uno de esos osarios hay un dibujo de un pez que tiene un hombre en la boca. Y en otro, una inscripción en griego. Ambas cosas, extrañas a la tradición judía, a la que parecen pertenecer quienes allí estaban enterrados. El pez, entiende Tabor, es una muy temprana representación de la historia bíblica de Jonás, que pasó tres días adentro de una ballena y salió vivo a cumplir con los designios de Dios. La historia de Jonás es tomada como una alegoría de la resurrección de Jesús y el pez está presente en las primeras manifestaciones del cristianismo.
La inscripción, cuya interpretación es ardua, hace referencia a que Dios “hace ascender” a alguien a los cielos o que lo levanta de entre los muertos. Tabor sostiene que esto aparece porque se trata de seguidores de Jesús.
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