BAILE DE CARNAVAL EN EL CLUB ATLETICO REGINA
ACTUACION DE “LOS ANGELES DE PEREGO”
¡Hoy actúa perego en el Club!, la noticia en aquel Regina siestero corría por todos los rincones, los que estábamos en plena adolescencia, nos exitábamos sin poder dejar de pensar esa noche. ¡Perego era cosa mayor, y el querido Club, nuestro refugio!. El baile empezaba a las 12 de la noche cuando terminaba el corso, pero a las 10 ya estaba hasta la bandera, ¡tiras de globos cruzados formando una tela de araña de balcón a balcón. En el centro de la pista un pequeño e improvisado kiosco donde se vendían artilugios, matracas de madera, lanzaperfumes, serpentina, papel picado. Pomos de agua perfumada, etc. Llegada la hora del comienzo, aparecen los músicos recibidos con una estruendosa ovación vestidos de blanco. Cholo Perego cargando con su acordeón Se enfrenta al micrófono y presenta su grupo, los asistentes aplaudiendo a rabiar, ¡empezaba la velada más esperada del año, casi siempre se iniciaba y se cerraba con un pasodoble, la gente invadía la pista y comenzaban a sonar músicas de distinta sonoridad (porque el Cholo, sonaba distinto), era un” showman profesional “ y sus integrantes lo mejor del valle. A poco del comienzo mientras los bailarines apretujados insistiendo en girar cual si fuera la Meca, los mozos corrían por los pequeños pasillos con las bandejas cargadas de cerveza blanca o negra, “naranjina”, “bolita”, “hesperidina con menta” etc. la pista de a poco se convertía en un circuito resbaladizo por el lustre sacado con los zapatos pisando un colchón de papel picado y serpentinas. La gloriosa troupe de mozos veteranos como Melita, Maisanave, Cachirla, el negro Moreno, el flaco Cortés, etc. tenían que luchar a brazo partido para llegar con los pedidos hasta una fila de mesitas ubicadas sobre la vereda desnivelada alrededor de la pista. El bar estaba a la derecha de la entrada, las máquinas de café de chapa, de acero inoxidable, un estaño, unos espejos con la publicidad de la cristalería de la calle Reconquista, voces fuertes pidiendo la comanda, mientras (Cravich y Coco Sastre) sacando a la calle a los colados hasta la vereda. Entre el amasijo de parejas andaba un servidor, ¡enamorado hasta los huesitos de una disfrazada que no me mostraría nunca su rostro!, (Era la ley del corso), de pronto Danielito Ray arrancaba con el bolero cerezo rosa y mi mundo amartelado de bailarín tratando de seducir a mi pareja, se volvía tenso, extasiado, caliente, las palabras casi gritadas por el arrullo de la música no llegaban con el éxito deseado. Terminados los temas reglamentarios, salía volando hacia los baños que estaban a la izquierda de la entrada, inundados de orines y fuido acaroina. (Allí le juramentaba a mi amigo que me jugaría el pellejo para invitarlo al festín) De pronto se hacía un silencio: Cholo Perego presentaba a su típica y al frente un bandoneonista de Roca, Cholo al piano, un contrabajo y otro bandoneón cadenero, la gente encaraba la pista hasta que entraba el cantor Neiró de Roca, ¡una pinta de cantor que te cagas!, una voz que hasta sedujo a Leopoldo Federico al punto de viajar desde Buenos Aires para incorporarlo a su agrupación ( Neiró le dijo que no), todo se quedaba quieto, el cantor seducido por ese homenaje arrancaba con el tango “Mala suerte” que glorificó a Julio Sosa, ¡lo bordaba!. Mientras tanto yo seguía meta palo al mono tratando de agregar algún bagre a mi exigua colección de amantes. Tendría que esperar otro carnaval para jugarme la ganchera y volver al Barrio Don Bosco jurando que la próxima sería mejor!.
1 comentario:
QUERIDO CARLOS: GRACIAS POR HACER HISTORIA A TÚ MANERA RESCATANDO ESTAS VIVENCIAS DE LOS BAILES POPULARES DEL CLUB ATLÉTICO REGINA Y VUESTRO BLOG ES MUY INTERESANTE Y MUY ACTIVO... Y SIGA ADELANTE EN VUESTRO EMPEÑO... UN ABRAZO GRANDE...
EL REGINENSE
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