EL NEGRO PIRRI Y YO
Verano de 1962, el domingo anterior habíamos acordado con Mirta , mi mujer que iría de Regina como cada fin de semana para vernos. Era un noviazgo nacido en un baile de carnaval mientras amenizábamos con la Orquesta “Los Caribes” de Tito Orozco y el único medio que tenía para desplazarme era una pequeña moto “Monza” de 48 cilindradas. (fiel como pocas motos), en ella salía a las 6 de la tarde para llegar a las 8,30 a Allen y ver una peli en el Cine San Martín de la calle Tomás Orell. Esa semana hice unos trabajos de letreros y llegando al jueves (seguramente) me convoca “El Negro Pirri” que tenía la estación de servicios YPF, la representación de los motores Perkins y los vinos “Rio Bravo”. La convocatoria era siempre en la YPF porque desde siempre, yo fuí el encargado de pintarles los camiones cisternas que transportaban gasolina desde Plaza Huincul a Regina. Llegado el fin de semana, algo le pasó a mi pequeña moto y enseguida se me cruzó por la cabeza que no podría ir a ver a Mirta. En una de esas conversaciones que sabíamos mantener con Pirri, me preguntó que me pasaba que andaba preocupado, le conté y me respondió que él podía prestarme una moto que le habían dejado como parte de una compra y venta de un vehículo, ya que también tenía ese apartado en la misma estación de servicio. Me la mostró; (Era una Lodolo Sport 220 cilindradas de la marca Guzzi, color rojo. Esa era la amistad a la cuál hoy quiero hacerle este pequeño homenaje que manteníamos con el “Negro Pirri” (una de cal, por otra de arena), amistad sincera, sólida, afectiva, de esas amistades que se transportan toda la vida, la relación del trabajo era una excusa, porque al mismo tiempo existía una relación humana paralela. El domingo, me fui a Allen, en esa época no se usaba casco, no se llevaba papeles de propiedad, seguro, ¡nada!, yo iba delirante en una moto que nunca pude comprar, pero ni falta que me hacía, si cuando necesitaba algo, nunca me faltó un amigo en ese Regina que traslado en la imaginación por cualquier lugar que vaya. Hoy a través de otra actividad, tengo una amistad muy parecida con “Guille” (hijo de Pirri) que conozco desde siempre, chico, simple, cariñoso, inteligente (de casta viene el galgo)
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