COMENTARIO RECOGIDO DEL BLOG "GUILLERMO PIRRI ARGENTINO" CONDUCIDO POR MI MAESTRO Y AMIGO, PERO ADEMÁS PORQUE LA VIDA ME PERMITIÓ VER DOS ACTOS IMPORTANTES PARA EL MUNDO: LA ASENCIÓN DE PERON AL PODER DESDE UNA CARCEL ARGENTINA, Y LAM ASENCIÓN
iércoles,2 de abril de2014
Elogio de un converso por Aleardo Larí
Los políticos de convicciones arraigadas, con larga militancia en los viejos partidos políticos, siempre han mirado con desdén a las personas que han cambiado sus preferencias políticas. De allí proviene el uso de expresiones que en el mundo de la política tienen una connotación despectiva –como "tránsfuga" o "converso"– para aludir al cambio ideológico o a la deserción partidaria. Si bien en muchos casos esa conversión puede obedecer a razones de mero oportunismo, en otros obedece a que la ética de la responsabilidad se impone a la ética de las convicciones. La reciente muerte de Adolfo Suárez, el gran converso de la política española que lideró el proceso de transición a la democracia, es un ejemplo de una conversión de fuerte contenido ético.
Cuando Adolfo Suárez, a sus 43 años, fue designado presidente del gobierno español por el rey Juan Carlos I era un perfecto desconocido para la mayoría de los españoles. Había desempeñado diferentes cargos, ascendiendo dentro de la burocrática estructura del "Movimiento", la denominación con la que se designaba al franquismo. En 1969 había sido director general de Radio Televisión Española y en 1976, al momento de su designación, ostentaba el cargo de ministro secretario general del Movimiento.
A partir de su designación, toda la labor de Suárez estuvo dedicada a desmontar las estructuras franquistas, contando para ello con el apoyo de otros falangistas conversos como él y, fundamentalmente, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), liderado por Felipe González, y del Partido Comunista (PC), liderado por Santiago Carrillo, un viejo estalinista convertido también en moderno eurocomunista.
La primera decisión que abrió el curso de la transición española fue la ley de Reforma Política, elevada por Suárez a las Cortes y que en términos políticos conllevaba la autodisolución de éstas. La ley, que fue aprobada en referéndum, procedía a crear un sistema bicameral formado por el Congreso de los Diputados y el Senado, cuyos miembros serían elegidos por sufragio universal, libre y secreto. A partir de esa decisión se fueron hilvanando nuevas y audaces iniciativas, como la legalización de los partidos políticos y en especial del Partido Comunista, que salían adelante por la valentía política de Suárez a pesar de la oposición de los sectores más recalcitrantes del franquismo.
La transición española liderada por Suárez se convirtió desde entonces en un ejemplo modélico para todos los países que debían sacudirse el yugo de anacrónicas dictaduras. Los esfuerzos dirigidos a buscar el consenso entre fuerzas políticas que habían estado enfrentadas en la sangrienta Guerra Civil Española señalaron un camino inédito que culminó en los famosos Pactos de la Moncloa. Un acuerdo cuyo contenido consistía en aprobar una serie de reformas económicas pro mercado pero que tenía un elevado valor simbólico.
Sólo una persona surgida del riñón mismo del franquismo podía llevar adelante unas reformas políticas que suponían la disolución del Movimiento y, por consiguiente, el fin de la extensa pirámide de privilegios. Al mismo tiempo, hacía falta tener una gran capacidad para desprenderse de las retóricas y prejuicios del pasado y observar con pragmatismo cuáles eran las estrategias adecuadas para insertar a España en la Europa moderna. Desprenderse del pesado lastre de viejas convicciones, abrirse con inteligencia a las demandas de una nueva sociedad emergente, es una capacidad que sólo alcanzan a desarrollar pocas personas.
El progreso científico se construye abandonando los viejos prejuicios. Como indica Popper, falseando las viejas hipótesis, poniendo en cuestión las ideas firmemente asentadas, renovando los paradigmas del pasado. Una capacidad muy difícil de trasladar al terreno de la política, donde predominan los contenidos emocionales y los preconceptos provenientes del mundo religioso. No es fruto de la casualidad que la expresión "converso" provenga de un espacio cultural donde la apostasía puede ser castigada con la muerte.
Bienvenidos entonces los honestos conversos. Gracias a las personas que pueden desprenderse de los prejuicios predominantes en cada época se ha podido construir el progreso. Conversos famosos han sido Galileo, Copérnico y Cristóbal Colón. En el mundo de la política, el más moderno de los conversos ha sido el español Adolfo Suárez, que acaba de abandonarnos. Su trayectoria política ha estado guiada por la ética de la responsabilidad, que en ocasiones exige desprenderse del peso de las viejas convicciones y conlleva el dolor de alejarse de los viejos amigos. Ya lo señalaba Aristóteles cuando decía "soy amigo de Platón, pero me siento más amigo de la verdad", para indicar la resolución correcta del dilema ético planteado.
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