El exilio cubano pone de rodillas a un entrenador que piropeó a Fidel
El técnico venezolano de los Marlins de Miami, Ozzie Guillén, pide perdón por unas declaraciones elogiosas sobre Castro y se desmarca de Hugo Chávez
El exilio cubano hacía tiempo que no vencía en una contienda tan clara. Tras una corta batalla de tres días ha ganado una guerra. Logró poner de rodillas a Ozzie Guillén, entrenador venezolano de los Marlins, el equipo emblemático de Miami en las Grandes Ligas de béisbol. Guillén, en un artículo de la revista Time digital, dijo: “Amo a Fidel Castro. Le respeto. ¿Sabes por qué? Mucha gente ha tratado de matarle en los últimos 60 años, pero ese hijo de … todavía está ahí”.
La reacción obligó a Guillén a disculparse en tres conferencias de prensa, primero en Filadelfia y Cincinnati, donde los Marlins juegan estos días, y hoy mismo se ha desplazado especialmente a Miami ante el escándalo formado. “Pido perdón de rodillas”, dijo. El equipo le ha sancionado con cinco partidos tras descalificar sus declaraciones. En sus disculpas aprovechó incluso para atacar a Hugo Chávez. Las palabras de Guillén no ofendieron solo a las organizaciones más radicales del exilio. Aunque en los tiempos que corren ya hay una tolerancia mayor en la comunidad cubana hacia visitas de cantantes u opiniones más abiertas sobre cómo enfrentarse al castrismo, lo sorprendente es que esta vez saltaron indignados hasta los comisionados de Miami y del Condado. Llovía sobre mojado porque los Marlins acaban de inaugurar un magnífico estadio en el que han sacado la mejor tajada a los contribuyentes y encima han tratado de “gente de poco nivel” a los paganos.
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