La idea de los mil millones de dólares
Un ingeniero veinteañero logra en solo 551 días y con una decena de empleados crear y desarrollar Instagram, la aplicación fotográfica más vibrante del planeta, y venderla por una fortuna
Ahora ya podré permitirme alguna botella más de champagne”. Kevin Systrom bromeaba minutos después de anunciarse la compra de su empresa y lo hacía, cómo no, en su cuenta de Facebook. Si el 6 de octubre de 2010, cuando lanzó Instagram, alguien le hubiera asegurado que la mayor red social del planeta pagaría una millonada por su idea, él, con sus inseparables tejanos y sus camisas por fuera, hubiera estallado de risa. Justo 551 días después, la noticia dejaba boquiabierto a medio Internet.
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