martes, 17 de abril de 2012

METIDOS HASTA EL CUADRIL


El exsocio de Urdangarin implica al Rey en negocios a favor de su yerno

Diego Torres remite tres correos al juzgado con los documentos

El duque: “Le ha comentado a Cristina que en principio no habrá problema”

Jorge Forteza y Pedro Perelló, en 2007. / TOORU SHIMADA
Iñaki Urdangarin afirma, en tres correos electrónicos enviados en 2007, que el Rey realizó gestiones como mediador para que su yerno lograse la participación de un nuevo equipo de vela en la 33ª edición de la Copa del América. Los documentos fueron remitidos este lunes por el exsocio de Urdangarin, Diego Torres, al juzgado de Palma que investiga las actividades del Instituto Nóos. El proyecto Ayre, que no llegó a prosperar tras el fiasco del evento deportivo, fue gestado por Pedro Perelló y Jorge Forteza —regatistas, empresarios y amigos de las infantas— con el apoyo del duque de Palma.
En una de esas comunicaciones, el 30 de septiembre de 2007, Torres pregunta al duque por su “experiencia” en unos seminarios sobre urbanismo en Filadelfia y le informa de que Perelló le tiene “un buen rato al teléfono cada día” para que intensifique sus contactos con las Administraciones públicas de la Comunidad Valenciana. Al día siguiente, Urdangarin le contesta desde Washington: “Tengo un mensaje de parte del Rey y es que le ha comentado a Cristina, para que me lo diga, que le llamará Camps a Pedro para comentarle el tema de la base del Prada. Y que en principio no habrá problema y que nos ayudarán a tenerla”, dice Urdangarin en alusión a las instalaciones necesarias en el puerto de Valencia para amarrar el futuro barco del proyecto Ayre.
En ese mismo correo electrónico, Urdangarin informa a Torres de que “alguna cosita para la fundación puede haber” y lamenta que la página web de la entidad no esté en inglés. “Le daría más el toque de internacional”, dice el duque, quien añade que Agustín Zulueta, responsable de la tripulación del Desafío Español —el equipo que participó en la Copa del América de 2007—, “le ha pedido a Cristina tomar un café para explicarle un tema que no puede contarle por teléfono”. “Misterio, pero parecía como serio e importante”, argumenta.

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