Messi, un delantero de costumbres
Tan habitual es que La Pulga no marque un gol al Chelsea como que afile el colmillo ante el Madrid: 13 tantos en 16 clásicos
LUIS MARTÍN Barcelona 19 ABR 2012 - 21:14 CET3
Messi volvió de Londres tan seco como de costumbre. Su paso por Stamford Bridge le dejó de nuevo heridas. No encuentra espacios en la caja azul del Chelsea, donde no se le recuerda un partido grande de verdad o, al menos, uno en el que celebre goles. Parece incluso normal que el Barcelona esté en un entuerto, llamado a remontar un gol en contra, si se atiende a que el Chelsea es el único equipo, de un total de 52 rivales, al que Pep Guardiola no ha sabido ganar todavía y que Messi nunca ha atinado contra él en los cuatro partidos que ha jugado allí: los dos de la era Guardiola y otros tantos en 2006 y 2007.
En la última visita, este miércoles, con el tiempo agotado, a Messi se le vio derrumbarse, abrazarse desesperado al poste izquierdo de la portería del omnipresente Cech. Solo entonces pareció rendirse, justamente después del último arreón azulgrana, de la última desgracia, de que Pedro estrellara un chut en el palo y Busquets errara en el rechace. Lleva el Barça 37 remates a la madera este curso entre los tres torneos.
Messi, un delantero de costumbres
Tan habitual es que La Pulga no marque un gol al Chelsea como que afile el colmillo ante el Madrid: 13 tantos en 16 clásicos
Messi volvió de Londres tan seco como de costumbre. Su paso por Stamford Bridge le dejó de nuevo heridas. No encuentra espacios en la caja azul del Chelsea, donde no se le recuerda un partido grande de verdad o, al menos, uno en el que celebre goles. Parece incluso normal que el Barcelona esté en un entuerto, llamado a remontar un gol en contra, si se atiende a que el Chelsea es el único equipo, de un total de 52 rivales, al que Pep Guardiola no ha sabido ganar todavía y que Messi nunca ha atinado contra él en los cuatro partidos que ha jugado allí: los dos de la era Guardiola y otros tantos en 2006 y 2007.
En la última visita, este miércoles, con el tiempo agotado, a Messi se le vio derrumbarse, abrazarse desesperado al poste izquierdo de la portería del omnipresente Cech. Solo entonces pareció rendirse, justamente después del último arreón azulgrana, de la última desgracia, de que Pedro estrellara un chut en el palo y Busquets errara en el rechace. Lleva el Barça 37 remates a la madera este curso entre los tres torneos.
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