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Secta caníbal horroriza a Brasil
00:55 14/04/2012
Mataban, descuartizaban y comían a mujeres para "purificar su alma".
RÍO DE JANEIRO.- Brasil amaneció ayer horrorizado por las confesiones de tres integrantes de una "secta" en un poblado del nordeste del país que habrían matado, descuartizado y comido pedazos de carne de al menos dos mujeres para "purificar su alma". Incluso, según otras versiones, el grupo habría hecho empanadas de carne humana que habrían vendido en su vecindario.
Un hombre y dos mujeres fueron arrestados en Guaranhuns (Pernambuco, nordeste de Brasil) sospechosos de almenos dos asesinatos y descuartizamientos, dijo ayer la policía local.
Los tres acusados, Jorge da Silveira e Isabel Pires, ambos de 51 años, y Bruna da Silva, de 25 años, integraban una secta denominada "Cartel" que busca purificar el mundo y reducir la población, informó el portavoz de la policía local, Democrito Honorato.
El objetivo de los acusados, añadió, era matar a tres mujeres por año.
"Los detalles de las acciones del trío, con dibujos y explicaciones del canibalismo, fueron encontrados en un libro de 50 páginas escritas por Da Silveira, un hombre diplomado en educación y cinturón negro de karate", dijo Honorato.
El libro, titulado "Las relaciones de un esquizofrénico", indica actos de canibalismo. "Los tres comieron la carne de sus víctimas para purificar su alma", dijo el policía. Dos cuerpos fueron encontrados en el jardín de la casa que ocupaban los tres detenidos, y podrían ser los de dos mujeres recientemente desaparecidas: Alexandra Falcao, de 20 años, y Gisele da Silva, de 30, que fueron vistas en las inmediaciones.
El jueves, vecinos de los tres detenidos le prendieron fuego a la casa.
Según los informes de la Policía, los sospechosos confesaron que, después de los asesinatos, guardaban partes de los cuerpos de las víctimas en el congelador. La policía dice que las partes usadas para producir las empanadas serían las nalgas y los muslos de las víctimas. Según el comisario de la delegación de Garanhus, Democrito Oliveira, uno de los sospechosos vendía el alimento en la ciudad.
De acuerdo con Oliveira, los sospechosos estaban en una fase de "pausa" entre crimen y crimen, ya que planeaban asesinar a otra mujer, según informa Globo. Una de las sospechosas, Bruna da Silva, confesó que tenía el nombre de la mujer que el grupo habría asesinado en 2008, Jessica Pereira, en la vecina ciudad de Olinda.
El grupo atraía a sus víctimas "proponiéndoles un trabajo de niñera bien remunerado, y las elegía porque un espíritu les advertía que eran malas personas", dijo Honorato.
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