lunes, 24 de noviembre de 2014

TRUEQUE FENICIO

Wwoofing: una nueva, y muy distinta, manera de viajar

Una organización internacional con presencia en más de 100 países propone recorrer el mundo intercambiando trabajo en granjas orgánicas por alojamiento y comida; en la Argentina ya hay más de 160 chacras que brindan este tipo de experiencia
Por   | Para LA NACION
 
El Bolsón. En la Granja Valle Pintado, Belén Frieria pone en práctica la agricultura biodinámica. En el establecimiento que dirige junto con Alex Edleson tienen una extensa lista de espera de Wwoofers. Foto: LA NACION / Teresa Sofía Buscaglia y mercedes Herrán
 
"Hace dos años, mi prima Terry me habló de una forma diferente de conocer un país, trabajando en establecimientos de agricultura orgánica en muchos lugares del mundo. Cuando me gradué en la universidad, entré en la página de Wwoof International y elegí la Argentina. Quería conocer América del Sur, amo la naturaleza y algún día quiero tener mi propio establecimiento en Connecticut, donde vivo, para dedicarme a la producción de miel. Aprendí muchísimo durante estos meses acá", cuenta la norteamericana Lauren O'Neill, de 23 años, que viajó con una amiga y desde octubre recorre la Argentina, Uruguay y Chile siguiendo una ruta de granjas y chacras que las reciben como voluntarias.
Wwoof viene de World Wide Opportunities in Organic Farms (Oportunidades internacionales en granjas orgánicas), una organización internacional que abarca más de 100 países, y que invita a trabajar y vivir en establecimientos que desarrollen actividades sustentables: permacultura, construcción viva, alimentos orgánicos y un estilo de vida en armonía con el entorno natural que los rodea.
Wwoof viene de World Wide Opportunities in Organic Farms (Oportunidades internacionales en granjas orgánicas), una organización internacional que abarca más de 100 países, y que invita a trabajar y vivir en establecimientos que desarrollen actividades sustentables
El intercambio es trabajo en la granja por casa y comida, no hay dinero de por medio. La idea nació en Londres, en 1971, cuando Sue Coppard, una secretaria, invitó a unos compañeros a una granja orgánica en las afueras de la ciudad. La pasaron tan bien que repitieron la experiencia y más personas quisieron participar. Armaron una organización que llamaron Working Weekends on Organic Farms (Trabajando los fines de semana en granjas orgánicas) y con el tiempo cambiaron su acrónimo al actual, que los identifica mejor.
La mayoría de los voluntarios son jóvenes, graduados universitarios, que quieren hacer una experiencia viajera diferente de la de los mochileros que paran en hostels y se mueven con paquetes turísticos diseñados para ellos. Los que lo eligen buscan conocer las culturas de las sociedades que visitan en forma más profunda, en una convivencia en la que se construyen lazos más sólidos y en donde el intercambio es más espiritual que monetario.

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