Una pediatra que cumplía funciones en el servicio de neonatología de un hospital del Chaco, debió abandonarlo al borde de un colapso físico y psicológico porque nadie se hacía cargo de encontrarle un reemplazo. Estuvo casi seis días consecutivos como única profesional a cargo del servicio. Exhausta, hizo una exposición policial para dejar constancia de cómo sus superiores la dejaron en una situación de virtual abandono y con numerosos niños bajo su responsabilidad.
El escenario de la historia fue el Hospital del Bicentenario, situado en Castelli, una ciudad del oeste chaqueño, a 300 kilómetros de Resistencia. Es el municipio de cabecera del Departamento Güemes, la región con peores indicadores sociales y sanitarios en la provincia.
Allí la médica Rosana Alicia Medina vivió un inesperado calvario que comenzó cuando el miércoles 10 de febrero, a las 8 de la mañana, ingresó a trabajar en el servicio de neonatología del hospital. Salió a las seis de la tarde del jueves, y regresó el viernes, nuevamente a las 8. Al cabo de 24 horas de prestaciones como única pediatra del servicio, debía ser relevada el sábado. Pero su reemplazo nunca llegó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario