domingo, 20 de julio de 2014

COMO AVANZAR CON TRABAJO

El Cuartito, la pizzería que nació en una pieza y hoy es un clásico porteño

Cumple 80 años
Creció hasta ser un ícono. Sin publicidad, los famosos lo hicieron famoso. Y los anónimos se deleitan con su pizza.
  • Alberto Amato
Aníbal “Pichuco” Troilo solía comer en el santuario, junto a dos o tres amigos, pizza de anchoa y whisky. Pero cuando comía con su mujer, Zita le cuidaba la salud y le ponía un vallado al placer etílico del Gordo. Entonces, los mozos le reservaban una copa generosa de whisky… ¡en el baño! Historias como ésta el santuario tiene de a decenas, e involucran a deportistas, artistas, jueces, médicos, poetas músicos, famosos de otra laya y anónimos sin tregua que han deambulado por sus mostradores y mesas en busca de ese pedacito de felicidad triangular, con muzzarella, salsa de tomate y recuerdos del Mediterráneo.
El santuario es “El Cuartito”, una de las pizzerías más tradicionales de Buenos Aires que este año cumple ochenta de vida generosa, enclavada en el corazón del Barrio Norte, al 900 de Talcahuano, en un punto de equilibrista entre Tribunales y el Colón, entre la mítica Avenida Corrientes y la otrora elegante avenida Santa Fe.
Ochenta años seguidos vendiendo pizzas son muchos años y muchas pizzas Quien los evoca en parte es su cara visible, Manuel Diz, un gallego de Pontevedra de 69 años, hijo de padre español y madre argentina, que llegó al país a los catorce y dio con el santuario como por casualidad: “Llegué aquí por un amigo, Domingo La Moza, que es el dueño de la Cantina Don Carlos. El me dijo que juntara unos pesos y entrara en la sociedad. Era un lugar muy chiquito y no me gustaba mucho, pero al final, agarré viaje. Y aquí estoy”.
Don Manuel lo simplifica todo. Años de pelea y de trabajo duro con un simple “y acá estoy”. Es una filosofía de vida.

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