Muebles (ingeniosos) para disfrutar del sexo
Mobiliario e interiorismo también están interesados en el erotismo y lanzan sus creativas propuestas para vivirlo placenteramente.
29 DE JULIO DE 2014
07:30 H.
Seguramente la gran mayoría de los mortales tuvieron su primer ménage à trois a una tierna edad, muy probablemente cuando todavía estaban descubriendo su sexualidad, y éste estuvo formado por el protagonista, su pareja y un coche, ese catre móvil que tanto ha hecho por los que aún no disponen de un lugar para la intimidad. Contrariamente a la idea de que el sexo es muy incómodo dentro de un utilitario, y que incluso ha inspirado la letra de alguna canción, yo pienso que posee interesantes prestaciones que debemos tener en cuenta y que la cama, ese espacio sagrado del erotismo, plana y en muchas ocasiones sin cabeceros, doseles ni armazones de ninguna clase a los que asirse, por si fuera necesario, no es el mejor lugar del mundo para empezar a poner en práctica el Kamasutra.
Tríos famosos del cine, con mobiliario incluido, son por ejemplo, la famosa escena de El cartero siempre llama dos veces (1981), en la que la mesa de cocina, repleta de panes recién horneados, moldes y harina, es despejada de un manotazo por el ama de casa para tareas más urgentes y cuyo protagonismo es similar en importancia al de Jack Nicholson o Jessica Lange. Más recientemente, los que vimos Samsara (2011), la historia de un lama budista que obtiene la iluminación por el camino del sexo, comprobamos que la ergonomía erótica no estaba reservada exclusivamente a los monarcas libidinosos, –como Eduardo VII del Reino Unido, que encargó la silla del amor, un artefacto de diseño apto para cubrir a dos féminas sin aplastarlas–; sino que ha sido una inquietud tan vieja como el hombre y que no conoce barreras sociales. En la película, una humilde jornalera india improvisa un columpio giratorio con un sari y un palo, para hacer más creativo el encuentro.
Retomar la tradición del mobiliario erótico y conseguir que la cama pierda la exclusividad como patio de recreo sexual en el hogar son los pilares de la filosofía de Bala Studio, formado por dos diseñadores mexicanos, Xanath Lemmoglia y Andrés Amaya –pareja para más señas–, dedicados en cuerpo y alma al diseño de piezas eróticas que ayuden ergonómicamente a la actividad más placentera y que, además, sean de cuidado diseño y calidad.
Tríos famosos del cine, con mobiliario incluido, son por ejemplo, la famosa escena de El cartero siempre llama dos veces (1981), en la que la mesa de cocina, repleta de panes recién horneados, moldes y harina, es despejada de un manotazo por el ama de casa para tareas más urgentes y cuyo protagonismo es similar en importancia al de Jack Nicholson o Jessica Lange. Más recientemente, los que vimos Samsara (2011), la historia de un lama budista que obtiene la iluminación por el camino del sexo, comprobamos que la ergonomía erótica no estaba reservada exclusivamente a los monarcas libidinosos, –como Eduardo VII del Reino Unido, que encargó la silla del amor, un artefacto de diseño apto para cubrir a dos féminas sin aplastarlas–; sino que ha sido una inquietud tan vieja como el hombre y que no conoce barreras sociales. En la película, una humilde jornalera india improvisa un columpio giratorio con un sari y un palo, para hacer más creativo el encuentro.
Retomar la tradición del mobiliario erótico y conseguir que la cama pierda la exclusividad como patio de recreo sexual en el hogar son los pilares de la filosofía de Bala Studio, formado por dos diseñadores mexicanos, Xanath Lemmoglia y Andrés Amaya –pareja para más señas–, dedicados en cuerpo y alma al diseño de piezas eróticas que ayuden ergonómicamente a la actividad más placentera y que, además, sean de cuidado diseño y calidad.
“La idea del mobiliario erótico no es nueva, existe un gran ejemplo de esto desde el siglo XIX, como bien lo documenta Ramon Úbeda en su libro Sex Design (Ayer y hoy, 2004)”, cuenta Andrés Amaya, “lo extraño es que, tratándose de una actividad importantísima para el ser humano, no se haya manifestado con esplendor en el siglo XX, donde encontramos una raquítica propuesta de construcción del paisaje erótico doméstico. Esta pérdida del eslabón en la historia de este tipo de mueble se debe a la construcción de una sociedad hípersexualizada y agitada, con una visión del tiempo en donde llegar era más importante que transitar, lo que generó, en buena medida, la pérdida del mundo erótico. El proyecto que realizamos no esta ligado al análisis de una demanda del mercado, lo que proponemos es la reconstrucción de una sociedad que acepte su erotismo y en la que la sexualidad no continúe reducida a una habitación y a la experiencia de una cama o un sofá”.
Bala Studio, con sede en México D.F., empezó a lanzar sus piezas en 2003. Diseños como Barbarella, una silla pensada para practicar el cunnilingus; El cartero llama, una mesa en cuya superficie va grabado el bajorrelieve de la espalda desnuda de una mujer, para que ella encaje en el molde, e inspirada en la película mencionada al principio; Wet Conexion, una ducha en la que las mamparas llevan orificios colocados a la altura adecuada para realizar diversas practicas sexuales; o las sillas Felatio, cuyo nombre lo explica ya todo o Adela, una de mis favoritas, inspirada en las mujeres de la revolución mexicana y pensada para que el hombre se siente, la mujer lo haga encima y controle sus movimientos gracias a unos reposapiés y un respaldo al que poder agarrarse.
Las piezas de Bala Studio han ganado varios premios, han sido exhibidas en museos y el interés por ellas crece cada día. “Recibimos muchos correos de Asia, Europa y América”, cuenta Andrés, “pero los países que terminan realizando una adquisición son menos, como EEUU, Francia, Bulgaria, Brasil o Japón, debido al alto costo de la exportación, sumado a que nuestras piezas son de edición limitada. Las personas que compran nuestros muebles compran un manifiesto, un discurso, una escultura y también un mueble para hacer el amor y, evidentemente, no lo esconden, sino que lo muestran en la sala de estar o en su habitación, ya que es una pieza que ofrece al usuario una forma de manifestar al mundo su postura respecto a la construcción erótica de su ser”.
-------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario