Cristina siempre llega última. El viernes arribó a Rosario en un avión oficial acompañada por su sombra, el secretario general Oscar Parrilli, junto al ministro Florencio Randazzo y el canciller Héctor Timerman. En la ancha comitiva de funcionarios y legisladores que esperaba allí hacía rato sobrevolaba una duda cruel.
¿Qué va a decir?
Los otros pasajeros del vuelo presidencial transmitieron la primera tranquilidad a sus atribulados compañeros. Ella hizo el resto en su discurso.
En boca de la Presidenta los “fondos buitre” a los que había jurado jamás pagarles un dólar pasaron a ser simplemente “acreedores” y apenas hizo alusión a los que “revolotean sobre las finanzas”. Y de la “extorsión” denunciada el lunes por la sentencia judicial adversa en Estados Unidos pasó a pedirle al demonizado juez Thomas Griesa que genere “condiciones para negociar” el pago de lo adeudado. Tres fuentes del Gobierno aseguran que recién allí hubo verdaderasensación de alivio. Cristina había terminado de transitar la delgada cornisa entre la furia y la sensatez que ella misma se había fabricado.
Con el resultado puesto, un ministro aseguró a Clarín que “ella siempre dijo que no se podía pagar de cualquier manera, pero nunca pensó en no pagar”. Y justificó la tensión de estos días en la“bronca por un fallo que nos complica las cosas en un momento muy particular”. Loable intento del funcionario. Pero él mismo había sido uno de los más preocupados por las consecuencias económicas y políticas que podría haber tenido un salto al vacío de la Presidenta, cayendo en la tentación heroica de volver al default envuelta en la bandera de una supuesta cruzada libertaria.
La incertidumbre había nacido el lunes cuando Cristina, por cadena nacional, dejó abierta la duda sobre si el Gobierno acataría el fallo que dio ese día la Corte Suprema en Washington. Allí descargó una vez más su abundante y filosa diatriba contra los fondos buitre y los jueces que les dieron sistemáticamente la razón en los tribunales norteamericanos.
-----------------------------------------------------------------------------------
Con la aparición en menos de un año de los cuerpos de Angeles Rawson y Paula Giménez, vecinos reclaman por Diego Duarte, desaparecido hace 10 años, y por restos encontrados y no identificados. Fotogalería en HD.
No hay comentarios:
Publicar un comentario