MARIO FRANCO (EL PODER DE LA VIEJA AMISTAD)Sentarme a teclear es como una necesidad de agradecer y recordar que la formación de hace muchos años atrás está quedando dormida, esa amistad nacida de las ideas partidistas, o de vernos prácticamente cada día en un pueblo pequeño, saludarnos, conversar y respetarnos como amigo, como persona o como político. Era la campaña Peronista para llevar a la Gobernación justamente a Mario y se festejaba en Regina “La fiesta de la vendimia”, yo como empresario, contraté a la Municipalidad “TODO” el espacio interior donde funcionarían los actos durante tres días en un cerramiento especial sobre la calle Rivadavia y la plaza. (En el acuerdo con la Municipalidad me reservaba todos los espacios que pudieran ser explotados como reclamos publicitarios) un par de noches anteriores a acto de inicio, mientras estábamos acondicionando el escenario, aparecen una patota de peronistas de esa época con escaleras y carteles tratando de colgarlos dentro del espacio que me pertenecía. Les dije que dentro de ese espacio no se podía pero que lo podían colgar hacia fuera. De la forma más prepotente uno de ellos que ya se sabía “de la pesada” me dijo tajante. ¡Nosotros lo vamos a poner aquí dentro y no se discute!. (Si bien los ideales eran muy profundos, también eran profundas las razones que yo les expuse), me hicieron un lado, colocaron una escalera de madera, alguien de su cuadrilla le arrimó clavos y una foto pegada a una superficie y decididamente se empezó a encaramar para fijarla) Atento a mis principios y a mi coraje, saqué un winchester 45 de abajo del asiento y lo preparé. ¡No hizo falta más, se terminaron los pesados!. Ese año Mario Franco ganó y mi padre enfermó de endocarditis virósica, lo llevé a Buenos Aires con mi madre muy mal, fue internado en el Hospital Italiano y en la “Casa de Rio Negro” me sugirieron que vaya hasta Viedma para conseguir la segunda válvula que había que reemplazarle.En Ceremonial y protocolo había gente de aquella patota y me negaron la entrada para hablar con el Gobernador que era “intimo amigo” de mi padre, durante cinco días estuve durmiendo en una camioneta. El sexto día apareció el Delegado de Minoridad y Familia (también de apellido Franco de General Roca), como éramos amigos, me preguntó que hacía, le comenté y me dijo, ¡esperame 15 minutos! Y pasado ese tiempo apareció y me invitó a pasar a ver a Mario. ¡Le expliqué mi presencia, se lamentó mucho por lo de mi padre e inmediatamente firmó una autorización para que se nos entregue esa válvula. ¡L A AMISTAD DESMORONO EL RESENTIMIENTO Y EL ABUSO DE PODER!. Mi padre murió mucho después a los 95 años, los que estaban en Ceremonial, murieron antes, justicia divina y terrenal. ¡MUCHAS GRACIAS MARIO EN NOMBRE DE MI PADRE!,..... ¡GRACIAS EN NOMBRE DE LA AMISTAD! | bo |
miércoles, 14 de diciembre de 2011
MARIO FRANCO; ¡UN VERDADERO AMIGO!
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