ESTAMO JODIDO, ¡ESTAMO!
Hace casi 31 años que vivo en Palma de Mallorca, la Isla más grande de todas las que conforman las “Baleares”, llegué en 1981 y fue mágico el desembarco del avión, unos paisajes que solamente se podían ver en películas con grandes llanuras en el medio de la Isla, riscos y acantilados de hasta 230 metros de alto en la parte noroeste y muchas playas pequeñas llamadas “calas” escondidas entre promontorios de pinares. En determinados pueblos del sureste, existen grandes extensiones de playa de arena blanca y aguas turquesas transparentes que gratifican al cuerpo solamente entrando en ellas. La temperatura de esta agua es tibia por estar en el mar Mediterráneo que es un mar encerrado. Al descubrimiento de mi nueva patria que por ese entonces tenía trabajo para todo el mundo, fuimos encontrando las formas y maneras de integrarnos con los Isleños, ¡no fue fácil! Pero tampoco imposible, el champurreo de su lenguaje hace que valoraran nuestra integración. Han pasado 30 años largos que supimos sacarle el provecho a nuestro esfuerzo, pero la acomodación de otros sistemas cambiantes que se van integrando en un mundo globalizado hacen que los países desarrollen proyectos propios y compartidos para poder existir. No es fácil para personas que ya han cumplido la mitad de la vida integrarse a las técnicas nuevas que se necesitan para diseñar nuevos negocios y horizontes, se acabaron los largos viajes para cerrar negocios, ya no se duerme en hoteles más de un par de días, hoy nos sentamos frente a la computadora y hacemos negocios con cualquier país. ¡Pero eso tiene un costo!, hay que adaptarse o hacer un paso al costado, y España que es un pais tranquilo, que se vive del turismo, del sol, de las tortillas, de los toros y el flamenco, dejó pasar la primera tanda de espabilados que salían echando leche a manotear la torta. Así llevamos cuatro, tirando a cinco años que nos estamos ahogando entre mentiras, políticos ladrones, esquilmación total, terrorismo de ideas, etc. Los desocupados están llegando a los cinco millones, (Cifra nunca registrada), los deshaucios por impago de hipotecas son la comida de los informativos, los cierres de negocios ¡incontables!, la desbandada de personas muy válidas con estudios completos marchándose a otros países. Pero este negro!, que sabe agradecer y querer, sigue en la trinchera de la lucha diaria para recuperar esos 25 años que me permitió crecer como persona y como profesional. A mi pueblo iré cuantas veces Dios me lo permita, pero ahora que Argentina está en mejor posición, me alegro y espero lograr los mismos premios a la honradez y el sacrificio. Carlos Basabe
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