jueves, 30 de mayo de 2019

La tierra habitada más al norte del mundo donde nadie sale de casa sin un rifle

Aventura a bordo de una centenaria goleta de dos mástiles en Svalbard, un territorio extremo, en busca de glaciares, fiordos llenos de icebergs, osos polares y el sol de medianoche

La isla del Príncipe Carlos Forland, una de las tierras protegidas como parque nacional en el archipiélago de las Svalbard.
La isla del Príncipe Carlos Forland, una de las tierras protegidas como parque nacional en el archipiélago de las Svalbard. PACO NADAL
Situado a apenas 1.000 kilómetros del polo Norte, entre los paralelos 75º y 81º (para hacerse una idea, el extremo norte de Groenlandia está en el 83º 60'), con noches negras que duran cuatro meses y luego otros cuatro meses en los que el Sol no se oculta, las Svalbard (a las que también se conoce por su nombre holandés, Spitsbergen) serían el lugar ideal para que no hubiera vida. Pero la hay y muy intensa. Hace siglos la hubo gracias a la abundancia de caza, que llevó casi al exterminio de ballenas, focas y todo lo que tuviera más de un kilo de grasa. Luego llegó la minería del carbón, que aún continúa. Y hoy se vive mucho mejor gracias al turismo, que mantiene aquí a una población de unas 2.000 personas, noruegos en su mayoría, aunque el censo depara sorpresas: la segunda mayor comunidad es la tailandesa.

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