domingo, 26 de mayo de 2013

EN EL DIA DE LA PATRIA


El lugar. La carnicería de Ezpeleta donde se produjo el asalto y la reacción del comerciante, el jueves. /GUSTAVO ORTIZ

“Fue todo muy rápido. Ni me acuerdo de la cara de los asaltantes, pero todo fue adentro del local y yo prioricé la vida de mi hijo y de una clienta que estaba en ese momento. Estoy arrepentido, porque podría haber causado un mal peor. Una cosa es contarlo y otra es vivirlo personalmente”, dijo ayer Pablo, un carnicero que en la noche del jueves mató a balazos a dos asaltantes que habían entrado a robar en su negocio, en la localidad de Ezpeleta, partido de Quilmes.
Según relató el comerciante, los ladrones irrumpieron en su local –ubicado en avenida Florencio Varela y calle 142, en el barrio Alberdi– y agarraron de los pelos a una clienta. Allí también estaban el hijo de Pablo, otro cliente, una empleada y una vecina, que tiene una panadería enfrente.
“Yo había llegado del otro negocio que tengo en Don Bosco y estaba haciendo cuentas. Ya había pasado por varios asaltos, pero nunca por uno tan violento como este. Y pasó lo que pasó”, dijo el comerciante. Lo que ocurrió fue que Pablo sacó un arma, resistió el intento de robo y comenzó a disparar contra los asaltantes. Uno de ellos cayó muerto en el lugar. El otro, que también había sido herido de bala, intentó escapar, recorrió algunos metros y se desplomó en el piso. Junto a él tambiénquedó tirado el revólver que llevaba encima.
“La verdad es que prioricé la vida de mi hijo y la clienta. Me habían robado varias veces y tenía miedo de que nos pasara algo, trabajo con mi familia”, explicó el comerciante a TN, cuando le preguntaron por qué tenía un arma en su local.
El hombre no pudo recordar si los ladrones llegaron a disparar o no. “Fue un momento muy shockeante, soy un laburante y no estoy preparado para algo así”, contó. “En el último mes me asaltaron tres veces. Y en ese momento fue como estar en una película de terror, una situación en la que tu vida deja de tener valor e hice lo que me salió”.
Todo ocurrió alrededor de las 20.30 del jueves. Según dijeron a Clarínfuentes policiales, los dos ladrones armados habían llegado en una moto que dejaron estacionada a pocos metros de la carnicería. Luego, irrumpieron en el comercio a los gritos y agarraron del cuello y le apoyaron un arma en la cabeza a una clienta, amenazando con matarla si el dueño no les daba dinero. “¡Danos toda la guita!”, gritaban. A la mujer le quitaron el celular y la billetera. Luego, usándola como escudo humano, uno de los ladrones se aproximó a la caja registradora para agarrar el dinero. En ese momento, Pablo alcanzó a tomar su arma, una pistola calibre .40. La clienta se tiró al piso, el asaltante que estaba junto a ella recibió un disparo en la cabeza y cayó muerto.
Al darse cuenta de la situación, el otro ladrón quiso salir corriendo. Pero ya había recibido un tiro en el pecho. Salió herido de la carnicería,caminó unos metros y murió.
El fiscal de Quilmes Ariel Rivas, quien está a cargo de la causa, considera por el momento que Pablo actuó en legítima defensa y por ahora decidió no detenerlo. Según voceros policiales, al menos cuatro testigos aseguraron que el carnicero se defendió legítimamente, a pesar de que lo asaltantes no llegaron a disparar nunca.
Uno de los ladrones tenía 16 años y el otro, 34. El mayor de ellos tenía antecedentes por robo. La Policía secuestró los dos revólveres que llevaban, calibres .32 y .38.
También fue incautada la pistola que usó el comerciante y adentro del local se levantaron tres vainas servidas de la pistola calibre .40.
César, el padre de una de las víctimas del intento de robo, contó ayer que su hija quedó “traumatizada” por lo ocurrido: “A ella la agarraron como rehén, le robaron el celular y la billetera. Los ladrones entraron, le apuntaron al carnicero y no sé quién disparó primero, pero según me cuenta mi hija empezó una balacera terrible. El carnicero se defendió, le disparó a uno y el otro salió corriendo. Mi hija quedó en estado de crisis con todo esto. Por suerte logró tirarse la piso, si no me la mataban a ella también.
Es todo un drama terrible: el pobre carnicero que ahora tiene un trauma por haber matado a dos tipos, las madres de estos chicos muertos y yo con la crisis con la que quedó mi hija”.

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