Viaje al país de la marihuana legal: en Uruguay, ya nadie se oculta para fumar
Clarín recorrió Montevideo a dos semanas del comienzo de la venta en farmacias.
Jorge Alfonso, un consumidor de marihuana, en pleno centro de Montevideo. Foto: Mario Quinteros
Una noche de hace cinco inviernos, Pablo Díaz, que es enfermero, uruguayo y tiene 38 años, compró una grapamiel para compartir con un amigo. Cuando todavía quedaba media petaca tuvieron ganas de fumar marihuana, así que buscaron una "boca". "Una 'boca' es el lugar al que, en algún barrio bajo o en un asentamiento, vas a conseguir droga que viene del narcotráfico. Te puede robar, te pueden pegar, pero lo más impactante que me pasó fue esa noche: un nenito de unos siete años se paró sobre un cajoncito, se asomó a la ventana y me preguntó qué droga quería. Me preparó la marihuana, me cobró y me la dio: ese nenito formaba parte de la cadena que trabaja para el narco", dice Pablo ahora, en el consultorio en el que trabaja en Montevideo. Delante suyo acomodó las dos bolsas de cinco gramos de flores de marihuana que compró el 19 de julio, el primer día que 16 farmacias de este país -y cuatro de esta ciudad- vendieron legalmente cannabis, luego de que una ley de 2013 lo avalara. "Aunque el consumo personal está avalado desde 1974, para conseguir marihuana debía convertirme en un delincuente: ahora el consumidor está más seguro que en una 'boca' y sabe exactamente qué está comprando".
"Antes para conseguir marihuana tenía que convertirme en un delincuente"
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