jueves, 1 de diciembre de 2016





Ofrecen servicios sexuales y no se sienten explotadas. Es su (polémica) lucha por la igualdad de género. Aquí dan la cara. ¿Pero es posible? Por supuesto, porque Natalia, María o Amanda no son excepciones, ni son pocas, ni están carentes de opinión

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