viernes, 12 de julio de 2019

Una mujer quemada en el penal de Ezeiza
Fuego a la protesta
Juliana Bejar, sufrió heridas gravísimas en la celda de castigo de la Unidad IV de Ezeiza, luego de que agentes del Servicio Penitenciario la llevaran a golpes por reclamar el arreglo del televisor que comparte con otras diez compañeras. El hecho se encuadra en una lógica carcelaria que tiene un antecedente claro el 8M de 2018, cuando se reprimió a mansalva a todo un pabellón por reclamar el pago del peculio durante el Paro Internacional Feminista.
En Imágenes guardadas, las detenidas imaginaron lo que otras fotógrafas retrataron.
En Imágenes guardadas, las detenidas imaginaron lo que otras fotógrafas retrataron. 
Imagen: Constanza Niscovolos
De un televisor roto a una represión salvaje distan sólo cien pasos. Son los que separan el patio de la celda colectiva donde ese aparato ayudaba a Juliana Bejar y a sus compañeras a borronear los límites del aislamiento dentro del Complejo IV de la cárcel de Ezeiza.
El 26 de junio esos pasos fueron recorridos por quienes arrojaron a Juliana Bejar a una celda de castigo por reclamar el derecho mínimo a mirar la tele, algo trivial para el común, para terminar prendida fuego y en terapia intensiva, recuperándose en estas horas de la intoxicación por principio de asfixia y de las quemaduras en el cuerpo.

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