sábado, 27 de julio de 2019


A la izquierda, vista de la sábana en una fotografía normal. A la derecha, el negativo de la misma - Archivo

Cuestionada de nuevo la datación de la Sábana Santa de Turín


Un nuevo estudio afirma que la conclusión de que fue confeccionada en la Edad Media se apoya en análisis parciales que no son representativos de toda la telaUn artículo publicado recientemente en la revista «Archaeometry» porinvestigadores franceses e italianos sugiere que las pruebas que se realizaron en 1988 a la Sábana Santa de Turín que la dataron en la Edad Media fueron erróneas. El grupo vuelve a analizar los datos del polémico estudio anterior, que también se cuestionó en su día y no zanjó el debate sobre la autenticidad de la pieza.

La Sábana Santa de Turín es un trozo de tela de algo más de cuatro metros por uno que, en teoría, se colocó sobre el cuerpo de Jesucristo en el momento de su entierro tras la crucifixión. La única vez que se le ha practicado la prueba del carbono-14 fue en 1988, año en el que el Vaticano permitió a tres organismos realizar las pruenas: a la Universidad de Arizona en los EE. UU., al Instituto Federal de Tecnología de Suiza y a la Universidad de Oxford en el Reino Unido.

Conclusiones de 1988

Después de realizar las pruebas pertinentes, los investigadores anunciaron sus conclusiones en la revista «Nature»: los tres análisis se encontraban en un arco entre 1260 y 1390, lo que evidenciaría que el sudario no era de la época de Cristo, sino de la Edad Media(ciertamente, muy cerca de los primeros registros escritos sobre la prenda y su primera exhibición, en 1357).
Aunque la polémica no acabó ahí. Para contrastar estas conclusiones con otros estudios, otros grupos intentaron tener acceso a la pieza. Sin embargo, el Vaticano, propietario del sudario, negó nuevas investigaciones. Además, los datos obtenidos fueron guardados por la Universidad de Oxford, que los custodió de forma privada hasta que una demanda le obligó a hacerlos públicos.

La nueva revisión

Ahora, el nuevo estudio liderado por el historiador católico Tristan Casabianca, afirma que los resultados a los que llegaron las tres primeras entidades tenía fallos, ya que no estudiaron toda la tela, sino solo una pequeña porción de los bordes. Casabianca se apoya además en el argumento de que, probablemente, las monjas de la Edad Media remendaron el paño tras el paso del tiempo, lo que comprometería las conclusiones anteriores.
El estudio también reclama nuevas investigaciones sobre la cubierta si se quiere determinar su fecha real. Para que eso suceda, el Vaticano tendría que proporcionar nuevamente acceso al sudario, a lo que el Vaticano parece reacio.

Otros estudios posteriores

No es el único estudio realizado después de la publicación de los resultados de 1988. Hace un año Matteo Borrini, antropólogo forense de la Universidad John Moores de Liverpool (Reino Unido) y Luigi Garlachelli, químico de la universidad italiana de Pavía, realizaron pruebas de técnicas forenses para establecer si las manchas en la tela correspondían a las que dejaría un cuerpo ensangrentado envuelto en ella después de haber sido crucificado.
La investigación -también envuelta en polémica- llegó a la conclusión de que al menos la mitad de las manchas de sangre serían falsas, ya que no son compatibles con la posición de un cuerpo ni en la cruz ni en un sepulcro, según el estudio publicado en «Journal of Forensic Science». Los investigadores creen que, en realidad, son el producto de un artista.
Sin embargo, el debate en torno a la autenticidad de la Sábana Santa de Turín aún hoy continúa.

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