viernes, 2 de febrero de 2018

COPA DEL REY

Barcelona 1 Valencia 0

Messi y Luis Suárez predican en el desierto

Luis Suárez, en la acción del gol del Barcelona. ALBERT GEAREUTERS
El Camp Nou presentó un aspecto desolador, con la segunda peor entrada de la temporada
Ni llovía. Ni hacía viento. Tampoco el frío era el que destrozó a la Wehrmacht en la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el Barcelona dio su primer paso hacia la que sería su quinta final de la Copa del Rey consecutiva en un Camp Nou de aspecto desolador. Apenas 50.000 espectadores en un estadio con un aforo de 99.000. La segunda peor entrada de la temporada, en una semifinal copera y frente al Valencia, el tercer clasificado de la Liga. Messi, que quizá no entienda nada, se vio predicando en el desierto. Y, visto el resultado, poco le importó. Una conexión con Alba, acompañada de un fenomenal centro desde la línea de fondo al que ningún defensa supo dar réplica, permitió a Luis Suárez el gol que pone en ventaja a los azulgranas en la eliminatoria.

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