viernes, 26 de enero de 2018


El Real Madrid quiere que Zidane siga incluso sin títulos, pero le obligará a fichar


Zidane, en el Bernabéu, durante el partido de Copa frente al...
Zidane, en el Bernabéu, durante el partido de Copa frente al Leganés. JUAN MEDINAREUTERS

En las instituciones deportivas ganadoras (Ferrari, los Lakers, el Madrid), la derrota se digiere fatal, pero lo que menos se tolera es el ridículo. En la escudería italiana dolió mucho más la forma de perder el título de 2010, con aquel absurdo fallo de estrategia que arruinó a Fernando Alonso en Abu Dabi, que el hecho en sí de no sumar una corona más para el poblado museo de Maranello. En el Madrid, que el Leganés le remonte en casa y le expulse de la Copa tiene tintes vergonzantes, igual que su posición en la Liga, a 19 puntos del Barcelona. La suma de ambas situaciones degenera en ruido mareante alrededor de un equipo que todavía tiene confeti sobre los hombros por el extraordinario 2017. Ahí radica el disgusto del club con Zinedine Zidane y sus jugadores, por dilapidar tan rápidamente y de mala manera el colchón ganado con merecimiento. Porque con las urgencias históricas más que aplacadas gracias a las tres Champions en los últimos cuatro años, aliñadas además por un buen racimo de trofeos, nadie exigía otro curso tan pletórico como el anterior, pero sí al menos una digna competencia hasta primavera.

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