Luto y cenizas en Lavapiés: "Escapamos de la policía, ser mantero es un delito en España"
El balance de destrozos es numeroso: marquesinas de autobús y escaparates de comercios rotos, calles con adoquines levantados o cajeros, bicicletas municipales y coches calcinados
El madrileño barrio de Lavapiés ha amanecido con olor a humo, cenizas, y casi tantos servicios informativos como de limpieza. La huella de los disturbios generados anoche tras las cargas durante una concentración espontánea en el lugar donde se encontraba el cadáver de un mantero, muerto de infarto supuestamente cuando huía corriendo de una persecución policial, se deja notar todavía en todos los rincones del barrio. Todavía no existe una versión oficial de los hechos, y ello no ayuda a apaciguar el ambiente, cargado de una calma tensa. Tristeza, estupefacción e ira a partes iguales. Esta tarde está prevista otra manifestación convocada por el sindicato de manteros y lateros, asociaciones de vecinos y contra el racismo.
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