El gesto que pocos vieron y que define un compromiso
Argentina perdía 1 a 0 contra Ecuador y las sobras caían sobre el ánimo de los jugadores de la selección. De pronto una jugada, se escapa Di María, le toca la pelota a Messi que hace el gol del empate, el tanto que volvía a poner la esperanza sobre el campo de juego y sobre el ánimo de 40 millones de argentinos. Apenas la pelota entra en el arco de los ecuatorianos, Lionel Messi corre a buscarla. No se detiene, no celebra el gol salvo con un sacudón del puño cuando se dirige al centro del campo.
Casi se le olvida su cábala goleadora por el apuro y sin dejar de correr ni soltar el balón, mira al cielo, se persigna y señala con su dedo índice hacia arriba. Ni siquiera sonríe, todo son urgencias, no hay tiempo para festejar aunque todavía quedara un tiempo y medio de juego. Ese gesto del mejor jugador del mundo indicaba su nivel de compromiso. El podía haber salido corriendo con los brazos en alto a recibir el abrazo de sus compañeros, pero no, el entendió que no había nada que festejar, que había que seguir, que había que ganar. Ese Messi que recogió la pelota en el arco rival y se fue corriendo al círculo central, es el capitán que necesita nuestra selección, porque es el ejemplo a seguir, es la cordura, la sensatez, es el mismo que después de hacer tres goles y poner a Argentina en el Mundial de Rusia de forma directa, confesó "teníamos miedo". Por eso él se olvidó hasta de su cábala y del festejo, porque el hombre acusado de todo hasta el hartazgo por sus propios compatriotas, sabía que ese gol no alcanzaba, no servía de mucho, si no había más. Ese gesto pasó desapercibido para muchos que gritaban eufóricos el empate pero era una muestra clara del nivel de compromiso de Lionel Messi con nuestro equipo nacional. Después de partido, un supuesto periodista deportivo, de esos que se pelean para poner tener más cámara porque si se tratara de pensar que tendrían que trabajar de cerrajeros, por ejemplo, se atrevió a decir (sic) "Yo pongo en duda la honorabilidad de los jugadores de la tercera de Ecuador". Atreverse a sospechar de un equipo que antes del primer minuto del partido ya nos ganaba 1 a 0, es ser ignorante u obrar de mala fe. Quiero rescatar esa actitud de Messi, porque habla de qué tipo de persona es; como jugador, discutirlo sería de necios.
V. CORDERO
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