A 30 años de su debut como conductora de TV, regresa por la pantalla de Telefe, en la que tendrá a Lanata de invitado. En su casa, entre empanadas y vino, repasa su camino, abre intimidades de su infancia, habla de Moyano, de Mirtha y del paso del tiempo.
En una nota con Susana Giménez, el cómo y el dónde alteran el producto. Ella no es la misma en un móvil en la vereda o en un camarín, que en el living de su casa. Ahí, amén del esplendor de su figura, se cuela la anfitriona, la mujer que se echa en el sillón y afloja sus formas. Y, más, si va vestida con la ropa deportiva que usa para hacer cinta en el piso de arriba. Y si descorcha uno de los vinos que más le gusta -Montchenot Gran reserva 15 años- y sirve empanas que preparó la cocinera. En ese marco cálido, aunque afuera apriete una de las noches más frías del otoño, ella se puede soltar y compartir que “a pesar de los años que tengo, me siento una nena”. En ese plan de abrir el alma, sigue. Festival de confesiones.
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