jueves, 18 de julio de 2013

SALVADO POR LOS PELOS

Sobrevivió 60 horas en el fondo del mar

Harrison Okene
Harrison Okene
Tras estar dos días atrapado en agua helada, con tan solo una burbuja de aire de un remolcador volcado en el fondo oceánico, Harrison Okene juraba que moriría, pero logró sobrevivir para contarlo.
Okene, quien era el cocinero del barco, estaba a bordo del remolcador Jascon-4 cuando este se hundió el 26 de mayo dado a un fuerte oleaje del océano Atlántico a 30 kilómetros (20 millas) de la costa de Nigeria.
El cocinero de 29 años encontró una burbuja de aire de 4 pies de alto, luego de quedar atrapado en el baño y la recámara al lado de este cuando el barco se hundió. Okene mantuvo su cabeza sobre el agua mientras buzos sorprendidos lo encontraron mientras ellos buscaban los cuerpos. Diez de los compañeros de tripulación del cocinero murieron, y uno no ha aparecido.
“Escuché un sonido de un martillo golpeando el buque”, recordó el hombre. ”Nadé hacia el fondo y vi un dispensador de agua. Le quité el filtro y golpeé el costado del buque con la esperanza de que alguien me oyera”. Y así fue como lo encontraron. El agua salada le afectó la piel, pero fuera de eso Okene se encuentra estable.
“Yo tenía mucha hambre, pero sobre todo, muchísima sed. El agua salada me quitó la piel de la lengua”, expresó el cocinero. Lo único que entró en su boca fue agua de mar. No tuvo nada de comer durante las desesperantes 60 horas que enfrentó.
Los recuerdos de aquel momento, aún invaden el pensamiento de Okene, razón por la que no sabe si quiere regresar al mar. ”Cuando estoy en casa, a veces siento que la cama en la que duermo se está hundiendo. Creo que aún estoy en el mar otra vez. Brinco y grito”.
“Yo no sé qué detuvo al agua de llenar por completo el cuarto en el que yo estaba. Yo invoqué a Dios. Él lo hizo. Fue un milagro”, puntualizó Okene.
Sin duda esta es una historia que solo en las películas se puede ver, sin embargo sucedió en la vida real de Harrison. Dios nos habla de diferentes maneras, hay personas que debido a sus ganas de vivir, valentía y coraje sobreviven ante las adversidades dificiles de soportar. No esperemos que nos suceda alguna tragedia o prueba para reconocer el poder de Dios, ahora que estamos llenos de vida permitamos que ese poder gobierne nuestro ser y vivamos con esperanza.

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