El pueblo del Fin del Mundo
Por: Isidoro Merino
El alcalde de Bugarach, Jean-Pierre Delord, posa con una postal en la que aparece un ovni sobrevolando su pueblo. / Patrick Aventurier/Getty Images
Dos noticias: una buena y una mala.
La mala: pasado mañana (21 de diciembre) se acaba el mundo, no compres más lotería.
La buena: el único sitio donde te podrás librar (si es que te quieres librar y vives en España o Francia) no queda muy lejos; está en los Pirineos.
El lugar en cuestión se llama Bugarach, un pequeño pueblo en las estribaciones de los Pirineos, entre Toulouse y Perpiñan. Los seguidores de las profecías apocalípticas vinculadas al calendario maya están convencidos de que el pico de Bugarach, la cumbre de 1.231 metrosque da nombre a esta diminuta aldea donde hay censadas 188 personas, escapará al cataclismo que, según los apocalípticos, acontecerá pasado mañana. A las cinco en punto (esto lo digo yo).Dos noticias: una buena y una mala.
La mala: pasado mañana (21 de diciembre) se acaba el mundo, no compres más lotería.
La buena: el único sitio donde te podrás librar (si es que te quieres librar y vives en España o Francia) no queda muy lejos; está en los Pirineos.
Nadie sabe exactamente dónde surgió el rumor, que corrió por Internetcomo la pólvora (si se escribe “Bugarach” en Google, el buscador devuelve 2.200.000 resultados), pero el interés que ha despertado entreiluminados, newagers, neohippies y chiflados en general ha trastornado la vida del pueblo, que hasta ha salido en la CNN, en latelevisión japonesa y en periódicos como The Guardian. Nada más llegar a Bugarach, Angelique Chrisafis, reportera de The Guardian, se encontró con un grupo de 20 zombis que bajaban de la montaña: buen comienzo para un reportaje. Resultaron ser estudiantes que rodaban una películacasera de terror. Han robado tres veces las señales de tráfico con el nombre del pueblo, y hasta se llevan las piedras de la montaña para venderlas por Internet como joyas o talismanes al módico precio de¡¡¡2.500 euros el kilo!!!
Los primeros ésotériques empezaron a llegar a Bugarach hacia el año 2000, otra fecha que apuntaba maneras apocalípticas. Desde hace un par de años, el número de ufólogos y paranormales ha ido en aumento: en 2010, más de 10.000 personas subieron hasta la cumbre del monte, una cifra que se duplicó en 2011. En esta zona del Languedocse instalaron a mediados del siglo X los cátaros o albigenses, herejesgnósticos que buscaban alcanzar la salvación a través de una vida depureza y ascetismo –-se llamaban a sí mismos “los hombres buenos”-- hasta que la cruzada albigense acabó con ellos. Pasaron a laclandestinidad, muchos fueron quemados vivos y a finales del siglo XIII habían desaparecido dejando tras de sí pueblos fortificados comoCarcassone. Hay quien sostiene que las cuevas que horadan Bugarach, una montaña del revés donde los estratos más jóvenes están debajo y los más antiguos arriba, son obra de los cátaros. Otros están convencidos de que en las tripas del monte se esconde una base de ovnis, y los más alunados incluso sostienen que en su interior se esconden puertas a otros mundos. Por si esto fuese poco, en Alet-les-Bains, a unos 20 kilómetros de allí, vivió algún tiempo Nostradamus, el de las profecías.
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