El robot camarero ya es una realidad. Mallorca cuenta desde ayer con una de estas máquinas, que puede encontrarse en la Cafeteria Son Caulelles, a la salida de sa Cabaneta en dirección a Pòrtol, y que se ha convertido desde su primer día en la reina (responde al nombre de Bel·la) del establecimiento, que ha reabierto con una reforma integral tras unos meses de inactividad.

Su propietario, Miquel Romaguera Cañellas, iba detrás de él desde hace dos años, y fue durante el primer confinamiento cuando empezó a ver que el robot camarero podía ser una solución a los problemas a los que se enfrenta su negocio, los mismos que buena parte del sector de la restauración. “Me cuesta mucho encontrar personal. Nadie quiere trabajar ni de camarero ni de cocinero. Cada día hago entrevistas de trabajo, pero no hay manera. La gente se ha acostumbrado a no trabajar y vivir de subsidios”, se queja.