La policía irrumpe en 250 fiestas ilegales en el fin de semana
Ocho arrestados y casi un millar de sanciones por incumplir las restricciones del toque de queda y las reuniones sociales
Las celebraciones clandestinas, pasado el toque de queda y sin respetar las medidas de seguridad, han continuado un fin de semana más. La Policía Municipal de Madrid irrumpió en 250 fiestas ilegales —entre domicilios y locales— entre este viernes y el sábado. Además, los agentes han incoado 481 propuestas de sanción por no llevar mascarilla y 421 por estar en un mismo recinto más de seis personas. La Policía Nacional detuvo también en la madrugada del sábado ocho personas por atentado contra la autoridad y rescató a un joven que quedó atrapado en un patio de luces al intentar escapar de los agentes.
En declaraciones a Telemadrid, el comisario de la Policía Municipal, José Luis Morcillo, detalló que el perfil de los asistentes a estas fiestas ilegales son jóvenes de 20 y 30 años, que cada vez conocen mejor las tácticas policiales y por eso no abren la puerta a los agentes.
La fiesta más grave se detectó en el sótano de un local comercial en el centro de la capital, que no tenía salidas de emergencia, y que se anunciaba en Internet como piso turístico. En esta celebración ilegal, los agentes echaron la puerta abajo y hallaron en el interior a 66 personas, de las que 11 eran menores de edad.
Este local comercial en el que se encontró a los menores era un almacén de instrumentos y de vestuario de ópera, situado en la calle del Espejo, cerca de la plaza de Isabel II (distrito de Centro). Tiene dos plantas ―un sótano y un semisótano―, ambas de unos 50 metros cuadrados y situados a unos ocho metros por debajo del nivel de la calle. Al lugar se accede por una escalera de unos tres metros, que era la única vía de entrada y salida del lugar. Alrededor de las dos de la madrugada, la Policía Municipal recibió varias llamadas de vecinos, en las que avisaban de que había ruido y jaleo en el local. Cuando acudieron varios agentes, comprobaron que había una fiesta ilegal y que el local tenía varias cerraduras.
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Los policías llamaron varias veces e intentaron que abrieran el almacén, pero nadie lo hizo. Oyeron discusiones dentro, en las que algunas personas pedían salir, mientras otras se lo negaban. Al final, los agentes llamaron a la Unidad Central de Seguridad (UCS), que echó la puerta abajo y desalojó el local. Los 11 menores fueron recogidos por sus padres, trasladados a la unidad policial o incluso llevados a sus domicilios. Se levantaron cuatro actas por tenencia de drogas, además de hallar estupefacientes tirados por el establecimiento. Fuentes policiales han destacado la peligrosidad del local, sobre todo, en caso de haberse producido un incendio, ya que carecía de puertas de salida de emergencia.
Otra de las fiestas detectadas por la Policía Municipal ocurrió en un restaurante de la calle de Covarrubias (distrito de Chamberí), donde había 16 personas escondidas y se tramitaron 32 propuestas de sanción por saltarse el toque de queda y por no mantener la distancia de seguridad. Las primeras investigaciones apuntan a que el local había sido alquilado para celebrar la fiesta.
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