“Mi amigo el padre Jorge”, en 29 capítulos y 189 páginas, es un relato testimonial del cardenal Bergoglio, que acompañó la periodista Alicia Barrios, en las coberturas de Crónica. Es el primer y único libro de estas características con datos exclusivos. Su compromiso con las victimas de la trata, las peregrinaciones a los santuarios, su voz alzada en la denuncia del trabajo infantil fueron y siguen siendo su bandera.
El lector en sus párrafos va a reconocer los principios que el Papa hoy sostiene como lo hizo siempre. Detalles desconocidos como sus apodos. Los alumnos de la Inmaculada de Santa Fe lo llamaban Carucha. Fuimos los únicos testigos de la última misa que ofició como cardenal, el 11 de febrero del 2013, en el santuario de Nuestra Señora de Lourdes. Estaba solo de periodistas. Nosotros fuimos los únicos. Había más de 10 mil personas. Entre la multitud al finalizar la ceremonia una mujer anunció con un grito sagrado: "Que Dios y la Virgen te hagan Papa, Bergoglio". De inmediato las demás personas clamaron: "Papa, Papa, Papa". A él se lo veía exultante. A partir de ese día, hasta que fue consagrado Papa, lo seguimos paso a paso por las calles de Buenos Aires y los adoquines de Roma. Imperdible.
"Nuestro pueblo sabe que el todo es mayor a las partes, y pedimos paz, pan y trabajo para todos".
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De las tantas palabras que suenan y resuenan en el pueblo de Dios son las de sus homilias en San Cayetano, algunas de las más recordadas: ”Si no alcanza para todos, al menos que alcance para los chicos, y decir todos los chicos es decir el futuro. Decir los jubilados es decir nuestra historia. Nuestro pueblo sabe que el todo es mayor a las partes, y pedimos paz, pan y trabajo para todos. Que despreciable es en cambio el que atesora solo para su hoy, el que tiene un corazón chiquito de egoísmo y solo piensa manotear esa tajada que no se llevará cuando se muera. Porque nadie se lleva nada. Nunca vi un camión de mudanzas detrás de un cortejo funebre. Mi abuela nos decía: la mortaja no tiene bolsillos”.