La central nuclear flotante de Rusia Akademik Lomonosov deja la base de servicio de la empresa Rosatomflot para un viaje a lo largo de la Ruta Marítima Septentrional hasta Chukotka desde Murmansk, Rusia, el 23 de agosto de 2019. REUTERS/Maxim Shemetov
La central nuclear flotante de Rusia Akademik Lomonosov deja la base de servicio de la empresa Rosatomflot para un viaje a lo largo de la Ruta Marítima Septentrional hasta Chukotka desde Murmansk, Rusia, el 23 de agosto de 2019. REUTERS/Maxim Shemetov
La primera central nuclear flotante del mundo, la rusa "Akadémik Lomonósov", construida a prueba de tsunamis e impacto de icebergs, zarpó hoy viernes con rumbo al Océano Glacial Ártico entre las críticas de los ecologistas que la consideran una bomba de relojería comparable a la planta de Chernóbil.
"Akadémik Lomonósov" partió hoy del puerto septentrional de Múrmansk (mar Blanco) con destino al de Pevek, que se encuentra en la región de Chukotka a 4700 kilómetros de distancia, tras una ceremonia oficial en la que se izó la bandera tricolor rusa en la plataforma.
Una vista muestra al rompehielos nuclear ruso Yamal dentro de un muelle en Murmansk, Rusia
Una vista muestra al rompehielos nuclear ruso Yamal dentro de un muelle en Murmansk, Rusia
La planta flotante de 144 metros de eslora y 30 de manga es remolcada por dos rompehielos, llegará a su puerto de destino dentro de tres semanas y comenzará a generar electricidad en diciembre, según informó la corporación Rosenergoatom.
Proyecto iniciado en 2006 y que se vio lastrado durante años por la crisis económica,utiliza la misma tecnología que los rompehielos atómicos soviéticos, aunque este caso cuenta con dos reactores (KLT-40S) de pequeño tamaño.
Con una potencia conjunta de 70 megavatios y 50 gigacalorías, la planta tiene capacidad para suministrar electricidad y energía calorífica a una ciudad de casi 100 000 habitantes.
Los ecologistas aseguran que es “Un chernobyl flotante
Los ecologistas aseguran que es “Un chernobyl flotante
Una vez atraque en Pevek, no lejos del estrecho de Béring, será la central nuclear más septentrional del planeta, lo que ha disparado la alarma de Greenpeace y otras organizaciones como la noruega Bellona, que la consideran un peligro para el frágil Ártico.
"Una planta flotante siempre es más peligrosa que una terrestre. Además, la tecnología no es nueva, es soviética, con algunas modificaciones", comentó a Efe Alexandr Nikitin, el ex coronel de la Marina rusa que fue procesado por difusión de secretos oficiales tras denunciar los vertidos radiactivos de la Flota del norte en el Ártico.
La catástrofe de Fukushima (2011) hizo que muchos ecologistas pidieran el carpetazo del proyecto, que se ha visto también salpicado por la reciente fuga radiactiva tras una explosión en un polígono militar no lejos de Múrmansk.
Greenpeace, que no ha dudado en calificar la planta de "Chernobyl flotante", y otros ecologistas, que la han llamado "El Titanic sobre el hielo", ya han propuesto alternativas, como las energías hidroeléctrica, solar y eólica, a un proyecto que consideran muy costoso.
"Greenpeace siempre se ha opuesto al proyecto. No nos convencen las garantías de seguridad. Aunque tenga menos potencia que una terrestre, puede haber contaminación radiactiva", comentó Alisher Alímov, experto nuclear de dicha organización.