Rusia espera abrir en Venezuela su fábrica de kaláshnikov en 2018
Se reactiva el proyecto, acordado por Putin y Chávez en 2006, que se paralizó por la crisis y la corrupción
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La reciente visita del presidente venezolano, Nicolás Maduro a su homólogo ruso, Vladímir Putin, va dando frutos para ambas partes. Si hace dos semanas el departamento de Finanzas ruso aceptaba reestructurar la deuda que tiene Venezuela con Rusia (3.150 millones de dólares, que pagará a lo largo de 10 años), el pasado viernes se conocieron más detalles de los acuerdos suscritos entre ambos países.
Entre ellos se encuentra la reactivación de la apertura de una fábrica de fusiles kaláshnikov en el país caribeño. «Uno de los principales proyectos entre nuestros países es la construcción de una fábrica para producir el mundialmente conocido fusil kaláshnikov. Esperamos que el próximo año la planta comience a funcionar», anunció el vicepresidente del Área Económica venezolano, Wilmar Castro Soteldo, tras la reunión de la comisión intergubernamental ruso-venezolana, que tuvo lugar en Sochi (Rusia).
De esta manera se retoma un proyecto impulsado (a pesar de la oposición de EE.UU.) por Putin y el fallecido Hugo Chávez en 2006, que se enmarcaba dentro de un gran acuerdo de venta de armas por parte de Moscú a Caracas que, además de la venta de 24 cazas rusos y 53 helicópteros, incluía la apertura de una planta para fabricar fusiles kaláshnikov y su munición (no había ninguna en Iberoamérica, un mercado importante para Rusia), cuyo coste se situó entonces en 200 millones de dólares.
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