Gusanos con ajo a las finas hierbas o snacks de grillos con cebolla ahumada y salsa barbacoa forman parte de una tendencia de alimentos para consumo humano que crece en Europa y parece acercarse a la Argentina, donde ya se ofrecen comidas de este tipo, que aún esperan la aprobación en el Código Alimentario.
"Un kilo de harina de grillo no tiene nada que envidiar en composición proteica y vitamínica a su contraparte en carne vacuna, porcina o aviar", describió Daniel Caporaletti, biólogo y director del bioterio (ambiente de cría) de insectos Grillos Capos. La tendencia crece en Europa, donde los insectos, que están aprobados como alimentos desde 2018, se venden en distintas variantes como snacks en España y como hamburguesas de grillo, que muy pronto se ofrecerán en Bélgica.
En América también está instalada, ya que en México y en algunos países vecinos es popular el consumo de hormigas, grillos y langostas, dentro de un menú que abarca a unas 19 variedades de insectos aptos para el consumo humano. En tanto, en 2013, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) había señalado que los insectos formaban parte de la dieta de al menos 2.000 millones de personas en el mundo.
¿Llega al país?
En 2014, los estudiantes Eugenia Alonso y Juan Turati, de la Universidad Argentina de la Empresa ( UADE), desarrollaron su proyecto de tesis sobre la harina de grillo. "Fue un modelo de experimentación que estuvo basado en el potencial proteico de los grillos", señaló Federico Prada, director de las licenciaturas en Biotecnología y Bioinformática, quien remarcó que "ninguno de estos desarrollos académicos se puede completar si no se interactúa con la industria y el mercado".