Infobae accedió a los cuadernos: los detalles de los traslados de "bolsos" y "paquetes con dinero" entre el Grupo Techint y el departamento de los Kirchner
El chofer Oscar Centeno describió en sus anotaciones de 2008 las nueve visitas del número 2 de De Vido, Roberto Baratta, al edificio del holding siderúrgico que comanda Paolo Rocca. Allí cuenta que la plata después era entregada en persona a Daniel Muñoz, ex secretario de Néstor Kirchner
El procedimiento pasó un poco inadvertido entre el torbellino y la noche. El miércoles último por la madrugada, cerca de las 4, el juez Claudio Bonadio envió a la Policía Federal a allanar las oficinas del Grupo Techint, el holding siderúrgico comandado por Paolo Rocca, el mayor productor de acero de la Argentina y una de las empresas más poderosas de Latinoamérica. Fue un operativo sin detenidos con varias cajas de documentación incautadas en la sede central de la empresa sobre la calle Della Paolera, en el barrio de Retiro. La PFA tenía órdenes de ir directo al piso 27: los abogados de la firma habrían llegado justo a tiempo para presenciar el procedimiento.
La pregunta pareció obvia en el momento: ¿qué sentido tenía allanar Techint? ¿Por qué la Federal irrumpía en sus oficinas? El escándalo sería algo obvio: Rocca y su familia son los más ricos de la Argentina con un patrimonio de 9700 millones de dólares según el último ranking local de la revista Forbes. Sin embargo, ninguno de sus ejecutivos figuraba entre los 16 empresarios y ex funcionarios kirchneristas detenidos por orden del juez, señalados como supuestos coimeros y contribuyentes fieles de la caja clandestina de la obra pública encabezada por Roberto Baratta, secretario de Coordinación del Ministerio de Planificación, ex número 2 de Julio De Vido. Sí aparecían, en cambio, nombres como Gerardo Ferreyra, cabeza de Electroingeniería y Javier Sánchez Caballero, de la ex IECSA o Carlos Wagner, ex presidente de la Cámara Argentina de la Construcción.
La principal prueba para sostener la imputación en contra de Baratta y el resto de los acusados son los ocho cuadernos escritos por su chofer Oscar Centeno entre 2005 y 2013, bitácoras constantes de kilometrajes, paradas y paquetes transportados en el Toyota Corolla con el número dos de De Vido en el asiento de pasajero que fueron entregadas por Jorge Bacigalupo, amigo de Centeno, al periodista de La Nación Diego Cabot, que luego los entregó a la Justicia Federal.
Centeno fue meticuloso en anotar lo que veía y oía, nombres y lugares y piezas del poder político y corporativo de la República Argentina que se reunían con su jefe, nombres de un significado y un poder notable. Y la clave de las sospechas contra el Grupo Techint está precisamente en sus anotaciones.
Infobae accedió a los ocho cuadernos en forma completa. Un equipo de 12 periodistas trabajó sobre un total de 477 páginas para encontrar nueva información sobre el método de recaudación kirchnerista en el negocio de la obra pública con algunas de las empresas más poderosas del país como encargadas de aportar los bolsos y sobres y Roberto Baratta como el cobrador personal. Allí se describen nuevos vínculos, detalles y personajes inéditos, en encuentros privados en hoteles céntricos, en oficinas o estacionamientos de empresas y en la Quinta de Olivos. Bolsos y paquetes que vienen y van.
Centeno, ex suboficial militar, veía y oía para anotar en su chalet de dos plantas en Olivos al final del día: cuántos kilómetros había realizado, a qué hora, con quién, desde dónde y cuál era el destino.
Durante todo 2008, de acuerdo con uno de sus cuadernos, el chofer llevó a Baratta nueve veces -desde abril hasta diciembre- hasta el edificio del Grupo Techint en la calle Della Paolera para retirar "un bolso", "un paquete", primero sin detalles de sus contenidos, luego Centeno hablaría de "dividendos", de los "dividendos del mes", de "paquetes con dinero". No hablaba de cantidades todavía, no arriesgaba números de varios ceros en dólares, mientras llevaba al "Licenciado" o "el Lic.", su forma de referirse a Baratta en las anotaciones.
Esos bolsos, esos paquetes, terminaban casi siempre -según el relato de Centeno- en un solo lugar: Uruguay 1306, el edificio donde está el departamento de Recoleta que compartían Néstor y Cristina Kirchner. Según el relato del chofer, Baratta mismo se encargaba de entregarlos en mano y quien los recibía era el ex secretario de Néstor Kirchner, Daniel Muñoz, muerto en 2016.
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