El Gayinero Argentino

• Clarin.com
• Policiales
• 19/08/16

Tiene 71 años y mató a un ladrón de un escopetazo: "Era él o yo, no puedo creer lo que hice"

Punta Lara

Rubén Martínez tiene una despensa. Una supuesta compra terminó en un violento robo. Con una vieja escopeta, regalo de su abuelo, atacó a uno de los ladrones. "Estuviste bien, si no te mataban a vos”, le dicen los vecinos.

Tiene una despensa en Punta Lara, se mantiene activo y trabajando a los 71 años. Le debe costar, como a la mayoría que supieron vivir otros momentos de este país, entender la realidad. Esa que lo golpeó de frente el fin de semana pasado, cuando el domingo a las diez de la noche, la que parecía ser una compra más derivó en un hecho violento y en el disparo de una instancia límite: matar a otra persona en defensa propia.

Rubén Darío Martínez trata de digerir ese drama, lo habla con vecinos, que lo consuelan, pero no sale de su laberinto de angustia. Tres hombres y una mujer simularon interés por alguno de los productos que ofrece El Querandí, en Almirante Brown y 126. Cuando la instancia derivó en un robo, Rubén sacó una escopeta y de dos tiros mató a uno de los ladrones. El delincuente murió en el lugar. El diario El Día de La Plata lo entrevistó y el almacenero respondió, como pudo, con la ayuda y la compañía de vecinos que apenas podían consolarlo.

“Esto es tristísimo, nunca me creí capaz de matar a alguien... ¿Quién soy yo para haberle sacado la vida?”, dijo el hombre, al tiempo que un amigo le murmuba un consuelo: "Estuviste bien, si no te mataban a vos”.

El drama empezó con una compra falsa que simularon tres hombres y una mujer, que habían llegado en una Peugeot Partner azul, según información policial. Se asomaron por la ventanilla donde en la despensa se atiende al público. Con la idea de vender una garrafa, Rubén les abrió un portón. Desde ahí tuvieron acceso a su domicilio. Una vez que se metieron, sacaron sus armas y empezaron a castigarlo, según la descripción del diario platense.

“Primero me partieron la frente de un culatazo y después, en el piso, me empezaron a pegar piñas y patadas. También me retorcían el cuello: me rompieron todo”, contó Rubén.

Un detalle corrió, de algún modo, a su favor. Lo ataron con una bufanda de lana. “¡Esto se estira! ¿No zafaré?”, pensó. Tras forzar la atadura, logró liberarse. “Quería llamar al 911, pero primero agarré una escopeta que tenía debajo de una alacena, un arma oxidada que era un recuerdo de mi abuelo", dijo el almacenero.

Todo eso ocurría mientras los ladrones paseaban por la casa, robando lo que tenían a mano. En la cocina se cruzó con uno de ellos. Según la policía, un joven de 24 años, oriundo de Glew, y liberado poco tiempo luego de cumplir una condena por robo en la cárcel de Olmos.

Cara a cara, Martínez no dudó: “Me volví sobre mis pasos, le apunté y le di un escopetazo. Recargué otro cartucho porque vi que se quería levantar del suelo y le tiré de nuevo. Y ahí quedó”.

“La mujer que estaba con los ladrones se quedó afuera y disparaba una pistola 9 milímetros”, relató el hombre. Ya en ese momento, los cómplices del ladrón muerto esperaban afuera. Se subieron a la camioneta y se fueron. Rubén llamó a la policía.

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