Extremadura, la nueva Marbella de los jeques árabes----------------------------------------------
El arca de Noé, rumbo a Río 2016
Un robot submarino halla los restos del 'monstruo' del lago Ness
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Mide 125 metros de largo por 29 de ancho y 23 de alto, tiene cinco cubiertas y puede acoger a bordo a 5.000 personas. Se trata de una réplica del arca de Noé, obra de un carpintero -y constructor- holandés llamado Johan Huibers, que a los 33 años soñó que una tormenta inundaba la provincia donde vivía y decidió construir la mítica embarcación que aparece en el Génesis. El proyecto contó con el apoyo de una organización cristiana de los Países Bajos y hoy cuenta con una fundación propia con sede en California. El siguiente objetivo es que el arca cruce el Atlántico para estar presente en los Juegos Olímpicos de Río.
"El transporte del Arca de Noé de los Países Bajos a Brasil será unproyecto increíble gracias a las donaciones. El viaje será transmitido en directo por Internet. La gente podrá ver la barcaza en la que se montará el Arca de Noé para el cruce del océano Atlántico", afirman desde su página web.
El plan va más allá de la presencia del arca en Río de Janeiro, ya que la fundación también está estudiando poner en marcha una gira en la que la embarcación hará escala en Montevideo, Buenos Aires, La Habana, Panamá, Colombia y en los puertos estadounidenses de San Diego, Long Beach (California), San Francisco y Seattle. Una vez sufragados los gastos del viaje, el dinero obtenido se destinará a proyectos sociales en cada una de las regiones por donde atraque la creación de Huibers.
Huibers comenzó a construir su arca en 2005 y tardó cuatro años en completarla con madera de cedro americano y pino noruego. El proyecto fue financiado con créditos bancarios y costó alrededor de un millón de euros, según publicó en su día BBC News.
Las medidas de la embarcación, la mitad de las que se detallan en la Biblia, tiene una longitud mayor que un campo de fútbol, una altura como un edificio de cinco plantas y un peso equivalente al de 50 elefantes (2.500 toneladas). Posee, además, un certificado para navegar cerca de la costa. Huibers tuvo aquel sueño revelador en 1992, pero no fue hasta 13 años después cuando se puso manos a la obra. Hoy es una especie de museo flotante con recreaciones de animales.
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Mide 125 metros de largo por 29 de ancho y 23 de alto, tiene cinco cubiertas y puede acoger a bordo a 5.000 personas. Se trata de una réplica del arca de Noé, obra de un carpintero -y constructor- holandés llamado Johan Huibers, que a los 33 años soñó que una tormenta inundaba la provincia donde vivía y decidió construir la mítica embarcación que aparece en el Génesis. El proyecto contó con el apoyo de una organización cristiana de los Países Bajos y hoy cuenta con una fundación propia con sede en California. El siguiente objetivo es que el arca cruce el Atlántico para estar presente en los Juegos Olímpicos de Río.
"El transporte del Arca de Noé de los Países Bajos a Brasil será unproyecto increíble gracias a las donaciones. El viaje será transmitido en directo por Internet. La gente podrá ver la barcaza en la que se montará el Arca de Noé para el cruce del océano Atlántico", afirman desde su página web.
El plan va más allá de la presencia del arca en Río de Janeiro, ya que la fundación también está estudiando poner en marcha una gira en la que la embarcación hará escala en Montevideo, Buenos Aires, La Habana, Panamá, Colombia y en los puertos estadounidenses de San Diego, Long Beach (California), San Francisco y Seattle. Una vez sufragados los gastos del viaje, el dinero obtenido se destinará a proyectos sociales en cada una de las regiones por donde atraque la creación de Huibers.
Huibers comenzó a construir su arca en 2005 y tardó cuatro años en completarla con madera de cedro americano y pino noruego. El proyecto fue financiado con créditos bancarios y costó alrededor de un millón de euros, según publicó en su día BBC News.
Las medidas de la embarcación, la mitad de las que se detallan en la Biblia, tiene una longitud mayor que un campo de fútbol, una altura como un edificio de cinco plantas y un peso equivalente al de 50 elefantes (2.500 toneladas). Posee, además, un certificado para navegar cerca de la costa. Huibers tuvo aquel sueño revelador en 1992, pero no fue hasta 13 años después cuando se puso manos a la obra. Hoy es una especie de museo flotante con recreaciones de animales.
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