El “bronceado de testículos”, o la receta de un presentador ultraderechista para recuperar la virilidad de EE UU
‘El fin de los hombres’, un documental del trumpista Tucker Carlson, convierte en un debate nacional en EE UU lo que el resto del mundo considera una gran broma: la posibilidad de que rayos UVA sobre la zona genital aumenten la virilidad de los ciudadanos
En el argot periodístico se llaman serpientes de verano. Son noticias más bien absurdas y de relevancia dudosa que proliferan en periodos de sequía informativa, sobre todo en plena canícula. Seguro que muchos recuerdan la que fue durante décadas la serpiente de verano por excelencia, el monstruo del lago Ness. Una escurridiza bestia jurásica atrapada en una marisma del norte de Escocia y que todos los años “reaparecía” misteriosamente, al menos en las páginas de la prensa, durante el mes de agosto.
Del bronceado de testículos diríamos que es una serpiente de verano en toda regla si no fuese porque ha acabado suscitando una enconada polémica en Estados Unidos. Tanto, que lleva varias semanas compitiendo en la jerarquía informativa de los medios estadounidenses con la inflación, la guerra de Ucrania, las primarias de las que saldrán los candidatos a las elecciones legislativas o la fase de eliminatorias de la NBA.
Todo empezó con una cuña publicitaria. A mediados de abril, Tucker Carlson, comentarista y conductor de programas de la cadena Fox News, líder de audiencia y considerado el emisario del trumpismo en las ondas televisivas, estaba promocionando un reportaje especial de estreno inminente bautizado como The End of Men (El fin de los hombres). Una noche presentó en antena un tráiler que mostraba a un hombre desnudo plantado con los brazos en cruz frente a una máquina que le proyectaba una inquietante luz roja sobre la entrepierna.
El montaje incluía también imágenes de tipos musculosos y ligeros de ropa haciendo flexiones, lucha grecoromana y prácticas de tiro, ordeñando rumiantes o cortando leña mientras una voz ominosa aseguraba que el declive de la masculinidad que está viviendo Estados Unidos solo puede frenarse con una intensa actividad física que produzca “hombres con la fuerza necesaria para sobrevivir y restaurar el orden”. Todo muy llamativo, para decirlo de manera suave. Pero fue el rayo proyectado sobre la entrepierna lo que se llevó la palma.
En realidad, la máquina en cuestión era una lámpara de luz infrarroja, utilizada como parte de una terapia para reducir las arrugas, paliar lesiones musculares o controlar el acné que ofrecen centros de bienestar y clínicas estéticas. Pero Carlson, un profesional con mucho olfato para los fenómenos virales, optó por referirse a aquello de manera cruda y directa como “bronceado de testículos”, y las redes (sobre todo las ultraconservadoras, el segmento de opinión al que se dirige Fox News) abrazaron el concepto con fervor. En cuestión de horas, el escroto moreno se había convertido en símbolo de masculinidad, patriotismo y rechazo militante a los llamados “complejos culturales de la izquierda” y la “ideología de género”.
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