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LO ADOBARON COMO LECHÓN PAL VIAJE
Mundo
La policía de San Pablo torturó y golpeó hasta desfigurar a Veronica Bolina, una conocida actriz porno trans brasileña de 25 años.
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Por Raquel Roberti
Lo dijo a lo bruto, sin filtros de ningún tipo: “Estar con un travesti es estar con un tipo. Si estás con un travesti es para manotearle el pito”. Eso se escuchó de la boca de Dady Brieva en el programa De caño vale doble que emite Radio 10. Y para terminar de responderle al conductor, Cecilio Flematti, quien le dio a elegir entre estar con un travesti o con un señor, el ex Midachi agregó: “Si no, ¿para qué vas a estar? ¿Me vas a decir que le agarrás las tetas y vas a creer que es una mujer? Eso es una relación homosexual, de dos tipos”. Expresiones polémicas, brutales y chabacanas, sin duda, pero obligan a preguntarse hasta qué punto reflejan a la sociedad, ante un tema que la atraviesa cada vez más.
“Primero hay que diferenciar entre travesti y transexual. Mientras el último cambia su sexo, el primero puede responder a gustos, al fetichismo que rodea la ropa de mujer, hay una gama muy amplia de situaciones”, señaló el sexólogo Adrián Sapetti, consultado por Veintitrés. En cuanto a los dichos de Brieva, consideró que probablemente el humorista se refiriera “al travesti que se ve obligado a prostituirse para sobrevivir. En ese caso, se debe tomar en cuenta que sus clientes no son homosexuales sino varones, muchos con novia o esposa, y que buscan justamente que tengan pene, una forma de cumplir la fantasía de la mujer no castrada, un modelo andrógino”.
En otras palabras, y visto desde el lugar de los clientes de “zonas rojas”, Dady podría haber dicho una verdad brutal, con cierto tufillo popular. Pero no hace otra cosa que desnudar el desconocimiento, la ignorancia de la sociedad con respecto al proceso de descubrir las necesidades o los gustos del propio cuerpo. La polémica no es novedosa, por cierto, ya el año pasado se había planteado a raíz de consideraciones de Jorge Lanata y Florencia de la Ve.
Lo dijo a lo bruto, sin filtros de ningún tipo: “Estar con un travesti es estar con un tipo. Si estás con un travesti es para manotearle el pito”. Eso se escuchó de la boca de Dady Brieva en el programa De caño vale doble que emite Radio 10. Y para terminar de responderle al conductor, Cecilio Flematti, quien le dio a elegir entre estar con un travesti o con un señor, el ex Midachi agregó: “Si no, ¿para qué vas a estar? ¿Me vas a decir que le agarrás las tetas y vas a creer que es una mujer? Eso es una relación homosexual, de dos tipos”. Expresiones polémicas, brutales y chabacanas, sin duda, pero obligan a preguntarse hasta qué punto reflejan a la sociedad, ante un tema que la atraviesa cada vez más.
“Primero hay que diferenciar entre travesti y transexual. Mientras el último cambia su sexo, el primero puede responder a gustos, al fetichismo que rodea la ropa de mujer, hay una gama muy amplia de situaciones”, señaló el sexólogo Adrián Sapetti, consultado por Veintitrés. En cuanto a los dichos de Brieva, consideró que probablemente el humorista se refiriera “al travesti que se ve obligado a prostituirse para sobrevivir. En ese caso, se debe tomar en cuenta que sus clientes no son homosexuales sino varones, muchos con novia o esposa, y que buscan justamente que tengan pene, una forma de cumplir la fantasía de la mujer no castrada, un modelo andrógino”.
En otras palabras, y visto desde el lugar de los clientes de “zonas rojas”, Dady podría haber dicho una verdad brutal, con cierto tufillo popular. Pero no hace otra cosa que desnudar el desconocimiento, la ignorancia de la sociedad con respecto al proceso de descubrir las necesidades o los gustos del propio cuerpo. La polémica no es novedosa, por cierto, ya el año pasado se había planteado a raíz de consideraciones de Jorge Lanata y Florencia de la Ve.
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